haya jugado un partido amistoso en un sultanato de Asia occidental llamado Omán. El
desconocimiento geográfico del costarricense promedio queda en evidencia al consultarle el
nombre del distrito en el que ostenta su domicilio; algunos creen que su cédula de identidad lo
tiene escrito. Empero, para los que monitorean los movimientos del terrorismo mundial, que la
Sele haya jugado un partido en Omán fue extremadamente peligroso.
Para entender un poco el lóbrego panorama en materia de seguridad de esa zona, hay que
explicar que Omán es un sultanato (un país con autoridad unificada en un sultán, que dirige la
nación con estricto apego al texto coránico) ubicado en la Península Arábiga. Su capital es
Mascate y no son un estado de derecho ya que no tienen una Constitución Política de la que otras
leyes se deriven. Los omaníes hablan árabe y la moneda de curso legal es el rial. Limita al norte
con el Golfo de Omán y los Emiratos Árabes Unidos, al oeste con Arabia Saudita, al suroeste
con Yemen y al sur con el Mar Arábigo. Tiene una peligrosa cercanía con el Golfo de Adén que –
para aquellos que no tuvieron la oportunidad de ver Captain Phillips– son las aguas
internacionales más peligrosas para la navegación marítima; esto, por los constantes asaltos de
somalíes a cuanta embarcación se les cruce en frente. De lo descrito anteriormente, lo más frágil
en términos de seguridad, es que Omán comparte una extensa frontera con Yemen, un país
descrito por ser el punto de ebullición mundial de terrorismo islámico.
Algunos servicios de inteligencia han afirmado que Yemen podría ser el refugio de
Ayman Al Zawahiri, cabeza ideológica y administrativa de Al-Qaeda, puesto que dejó vacante
Osama Bin Laden con su muerte en 2011. Nótese que no se está haciendo referencia a índices de
alta delincuencia, con modernos forajidos como los de Caracas o Ciudad del Cabo, sino que
estamos hablando de la casa ideológica del fundamentalismo islámico. Algunas agencias de
turismo han advertido con claridad, los americanos continentales no deben viajar a la Península
Arábiga.
Entonces, ¿qué hacía la Selección jugando un amistoso en el extremo más peligroso del
mundo? ¿Conocía Eduardo Li y el Dr. Adrián Gutiérrez que llevaron a la Selección a la zona del
mundo más constipada en materia de seguridad? ¿Conocía la comunidad de inteligencia
costarricense de este acontecimiento para nuestra delegación? Lo realizado en el Mundial de
Brasil, deja en evidencia que la Sele es el mayor símbolo de unión nacional; dejando en rezago a
la Guaria Morada y al Venado Cola-Blanca. Posiblemente la cifra del cheque fue muy elegante
para ser rechazada. Pero la imprudente conducta de la Federación Costarricense de Fútbol y la
negligencia de la comunidad de inteligencia costarricense pudo haber resultar catastrófica.