Las salas de operaciones del Hospital México están fuera de servicio por fallas en el sistema eléctrico. Pacientes con cirugías programadas son reubicados en otros hospitales, o bien deben alargar el ya prolongado tiempo de espera, con el consecuente perjuicio para su estado de salud. Aplica esta desavenencia a pacientes que para exámenes diagnósticos deben ser atendidos en una sala de cirugía.
Otros hospitales, a pesar de su carga de trabajo en la materia, han facilitado salas para que personal del Hospital México pueda realizar su trabajo con las limitaciones tecnológicas y de recursos que en estos casos puedan presentarse.Me consta que la CCSS ha invertido dinero, tiempo y esfuerzos de capacitación para introducir una herramienta tecnológica para el análisis de riesgos, sean estos ambientales, de infraestructura, tecnológicos o de seguridad humana. Los grupos de trabajo y sus jefaturas deben valorar el tipo de riesgo observable, apoyándose en grupos técnicos para corregir los problemas identificados. Los riesgos señalados como rojos son los prioritarios de atender. Por supuesto, es una herramienta que es manipulable (un área roja el grupo la puede estimar amarilla, de atención a mediano o largo plazos, saltándose cualquier criterio técnico); pero que si se realiza con seriedad se obtiene un diagnóstico preciso de acciones por emprender.
Esta herramienta obliga a reconocer las acciones que se deben emprender, el costo de su realización para expresarla en un presupuesto y el tiempo estimado para las correcciones necesarias. La cúpula organizacional, llámese dirección, administración financiera y jefaturas, son las responsables por su ejecución; en caso de que el problema sobrepase las posibilidades de atención interna, esta se eleva a la gerencia, para que desde allí se ordenen las previsiones del caso (modificación o previsión presupuestaria, planes de renovación tecnológica, planes de compras y capacitación, por ejemplo).
El sistema eléctrico falló; lo que no conoce la ciudadanía es cuánto tiempo de funcionar tiene esa red o si las cargas de voltaje corresponden a las indicadas por el código eléctrico. Parece que desde el 2009 se tenía identificadas las fallas. Si así fue, qué pasó para no hacer las correcciones. La ley de control interno tuvo que ser ignorada.
La gestión hospitalaria sobrepasa el conocimiento del manejo de la cirugía y de la medicina, que es donde tradicionalmente se han concentrado las decisiones técnicas y administrativas. Hay un sentido de autosuficiencia que perjudica a la ciudadanía. Si el caso fue trasladado a alguna de las seis gerencias de la CCSS −que por cierto fueron nombradas en el desgobierno anterior para un ejercicio de seis años− estas deben responder por esta falla. Si una gerencia, jefatura interna o junta directiva de la CCSS puso límites irracionales para tener al Hospital México en la situación actual, debe enfrentar las responsabilidades.
El (des)mantenimiento hospitalario está vinculado con el progresivo desmantelamiento de nuestros hospitales públicos; se levantan oscuros intereses que escapan a nuestra escasa luz.
La seguridad social costarricense debe liberarse de las redes constituidas por rancias formas de ejercer el poder y de la voracidad de grupos hegemónicos internos y externos.
