Como hombre, jamás sabré que será que crezca un ser humano en mi vientre, ni mucho menos experimentaré «el famoso y angustiante dolor de parto». Por lo cual, creo que existen situaciones en las que debo mantenerme exento de opinar; sin embargo, es importante destacar que la finalidad de este artículo no es comentar de una situación que es ajena a mí, la intención principal es analizar la visión androcéntrica reflejada y la reproducción de los discursos hegemónicos en cuanto a las mujeres, evidenciada en esta publicidad.
Primeramente, se expresa que las madres deben olvidarse de sus sueños y metas al momento que ejercen la maternidad. Incluso algo que me llamó la atención es que en muchos de los comentarios emitidos por los usuarios(as) de YouTube en este video, decían: «el sueño de toda mujer es ser madre y así debe ser». Aquí tenemos la primera muestra de que nacemos, vivimos y nos desarrollamos, lamentablemente para muchos(as), en una sociedad patriarcal en donde una de sus características más notorias y arraigadas es la maternidad obligatoria y forzada. Opiniones como de «las mujeres no son mujeres si no tienen hijos(as)», es una percepción de que las mujeres son «máquinas para procrear», y que deben ser sometidas a esta forma de vida, ya que quien decida intentar salirse de esta costumbre, será tachada y señalada.
A manera personal, lo que más me decepcionó fue observar mujeres que estaban dispuestas a salir en televisión nacional «tratando de tocarles los sentimientos a los(as) televidentes», aceptando que son personas que no pudieron seguir sus sueños por ser madres. ¿Cuál es el mensaje que les queremos dar a las futuras madres? ¿Que en el momento en que enfrenten la maternidad, deben renunciar a todas sus metas y dejar a un lado la esperanza? Eso es lo que estamos diciéndoles a las niñas y a las jóvenes.
Igualmente, me indigna ver cómo se lucra colocando a mujeres, las cuales son partícipes de un anuncio que se sabe que su objetivo es subir las ventas, sacar provecho de una fecha simbólica. ¿Hasta dónde nos ponemos un precio en la etiqueta imaginaria? Me repudia observar el final en donde disfrazadamente se dice: «Dale una cocina a tu madre por haberle truncado sus sueños; claro sin importar si te endeudas de manera increíble, eso no importa. A tu mamá le hará mil veces más feliz un horno de microondas, sin tomar en cuenta los intereses elevados».
¿Acaso no vemos que estamos reproduciendo discursos machistas? Que irónico, quien debe renunciar a su vida son las madres, la responsabilidad es exclusivamente de ellas. Es increíble que aún hoy en día, sigamos con la idealización de que las madres son aquellas esposas sumisas, asexuales, dependientes y “buenas” que deben estar todo el día en casa y que en ocasiones se tratan como empleadas. Por estereotipos como estos, es que se ha tenido que dar tanta lucha por una sociedad igualitaria, donde han fallecido valientes pioneras, quienes alcanzaron grandes logros, por ejemplo el voto femenino en nuestro país. Las mujeres tienen voz y voto, y ningún argumento (sin importar la índole) es válido para justificar esta imposición de segundo plano a las mujeres. Por lo tanto, exijo la eliminación de publicidad que contenga violencia de género, de una vez por todas.