Si algo caracteriza al ser humano es su ingeniosa capacidad para modificar su entorno natural con una finalidad práctica.
Las políticas para el desarrollo hay que evaluarlas, no ya desde enfoques tecnocráticos, sino desde enfoques éticos y sociales. El concepto “desarrollo” es peligroso en manos de algunos. Por ejemplo, cuando se apuesta al desarrollo industrial sin evaluar potenciales consecuencias sociales, se corre el riesgo de convertir la risa triunfalista en un ciénaga de lágrimas. La idea de desarrollo industrial ha devastado espacios fundamentales para el equilibrio ecológico. La colonización industrial del pasado es la razón del peregrinaje ecoturístico del presente. Ni la ciencia ni la tecnología son neutrales.Existen actividades científicas y tecnológicas enfocadas a modificar directamente el entorno natural humano. La nanotecnología ocupa un lugar muy importante en la investigación científica actual. Es una disciplina que promete cambiar radicalmente el entorno y el imaginario social humano, pero de la cual, el ciudadano promedio tiene poco conocimiento.
La nanotecnología pertenece al campo de las ciencias aplicadas. Se enfoca en el estudio, diseño, fabricación y control de materiales y sistemas funcionales a nivel nanoscópico con diversas finalidades. Muchas aplicaciones nanotecnológicas son una realidad, otras se encuentran en estado de desarrollo y muchas otras son ideas en el imaginario científico.
Son muchas las aplicaciones: nanocatalizadores en los procesos de refinación para el ahorro de energía en la industria petroquímica; poros nanoscópicos para la decodificación del ADN; nanogeles en el tratamiento de neuronas; nanosensores para la detección de sustancias químicas dañinas. En fin, en la medicina, en la industria textil y alimentaria, en la conservación de energías y el medio ambiente, en la construcción, en electrónica, en las tecnologías de la información y sistemas computacionales. La nanotecnología estará presente en las sociedades tecnológicamente avanzadas.
Todo avance en el conocimiento humano trae consigo nuevos desafíos éticos. La tecnología irrumpe en la vida social mucho antes de poder asimilar la tecnología empleada cotidianamente. Ciencia y tecnología viajan aceleradamente y por esa razón se requiere de evaluaciones éticas más precisas. La ética tiene que ofrecer argumentos consistentes del por qué aprobar, rechazar o postergar un curso de acción. Y no de forma imprecisa, sino contundente y radical.
Cada nuevo paso hacia la transformación del entorno natural humano supone unas pautas para comprender y evaluar el destino de la humanidad. No se trata de crear y luego esperar el uso negativo o positivo que se le dará al nuevo descubrimiento, a la usanza de los antiguos científicos (…), sino de prever, desde el momento de la acción, el tipo de control social que se puede lograr con el avance. Después de todo, vivimos en una trama de dominios geopolíticos que direccionan el destino de la humanidad.
Trabajamos aisladamente en pequeñas islas racionales y luego pretendemos comprender y cambiar el mundo. Ni juicios de valor éticos desligados de la racionalidad científica y tecnológica, ni proyectos tecnocientíficos al margen de una racionalidad ética evaluativa de las implicaciones sociales. Sería oportuno empezar con una ética evaluativa que ofrezca un panorama de las implicaciones de la nanotecnología en el contexto social: cómo afecta y cómo podría afectar realmente la vida humana.
El análisis ético puede direccionar la finalidad de una ciencia. Pero un análisis a través del bilingüismo profesional: el lenguaje de las tecnociencias y el lenguaje académico. El lenguaje académico hace referencia a otras disciplinas profesionales que permite evaluar las prácticas científicas, tecnológicas y sociales desde otros puntos de vista. La prudencia no es gratuita. Actuar imprudentemente le ha costado caro a la humanidad.
Se trata de una ética enfocada al análisis de la nanotecnología que contribuya a mostrar rigurosamente las consecuencias que provoca en la sociedad humana la manipulación del mundo a nivel nanoscópico. Consecuencias pueden ser favorables o desfavorables. Anticipar el análisis ético de una actividad puede contribuir a una mejor práctica profesional, especialmente en un mundo donde impera una racionalidad industrializada.
La nanotecnología irrumpe como esa disciplina que explora el Ser sin ser percibida y que lo cambiará sin percatarse…