Los analistas dicen que el 2 de febrero el pueblo votó por un gran cambio, casi la refundación del país, y muchos periodistas lo repiten.
La verdad es que el pueblo votó por Liberación y por el casi gemelo de Liberación: más del 60% votó por candidatos que defienden y han defendido con fervor la bandera que ha hecho grande a Costa Rica. Liberación está vivito y coleando, en su versión original, porque su versión light está asustada ante la responsabilidad.Los costarricenses pintan de verde a la fracción legislativa más grande en una tercera campaña consecutiva; esto es un gran logro. El 2 de febrero vivimos un éxito cívico, pero sobre todo un éxito democrático: frenamos la avalancha extremista del comunismo, no con campañas de miedo ni mentiras; con campañas frontales y diciendo la verdad.
La campaña de la verdad funciona y esa es una enseñanza para quienes dudaban de su éxito. No se repartan nada mientras Liberación Nacional esté vivo, se les puede quemar el pan en la puerta del horno.
Tuvimos que enfrentar muchos factores adversos. Algunos levantan la bandera del triunfo y se olvidan que uno de los mayores accionistas en ese triunfo aparente del 2 de febrero fue la valentía de Liberación Nacional, confrontando el comunismo como siempre lo hemos hecho y como nos enseñó don Pepe. Vencimos al comunismo radical y venceremos al comunismo camuflado con la poderosa arma de esta sociedad: los votos.
El exdirector de La Nación, Alejandro Urbina, en un artículo reciente en ese periódico evaluó a esta Administración como honesta y de logros. Lo deben leer muchos habitantes de buena fe, que influenciados por la prensa amarillista repiten que el gobierno de doña Laura Chinchilla es corrupto y no tiene logros. Ya no será un Liberación defendiéndose de muchos ataques, saltando obstáculos, enfrentando rivales, mentiras; aquí vamos a estar frente a frente y taco a taco, aquí vamos a enfrentarnos al PAC PAC PAC enfatizando la transparencia.
Luis Guillermo Solís, diputados de Acción Ciudadana, queremos hablar de honestidad; no nos aflojamos en ese tema. Tenemos autoridad moral, tenemos logros, porque ha sido el Poder Ejecutivo el que ha enviado al Ministerio Público casos sonados de corrupción y se destituyen hasta jerarcas.
Decimos un no firme a la impunidad. Ante la falta de argumentos del PAC, vuelven una vez sí y otra también a la campaña de la falacia y la duda, así iniciaron en el 2001 y eso es lo único que tienen en su genética: la mentira y el rencor. Incapaces de construir, levantan una bandera monotemática, la de la moral dogmática, fanática; y sin estar en Gobierno esa bandera se les resquebraja; y sin estar en Gobierno esos dilemas éticos los envuelven, y sin manejar un cinco del sector público, ya hay muchos manchados por la corrupción y vienen a señalarnos a Liberación Nacional, que sí ha ganado elecciones, que ha usado el poder para construir este país, que ha manejado miles de millones de colones, a hacernos críticas genéricas de corrupción, vienen a querer definir la palabra honestidad como si fueran sus inventores.
Pero no son capaces de precisar ni casos, ni personas, señalan “actos” de corrupción, pero sin citar nombre y apellido. Cuando alguien se levante en la fracción del PAC a denunciar corrupción, por favor digan quién, póngale nombre y apellido, fechas, montos, papeles, y van a darle al acusado la oportunidad de que se defienda, y comprobar si lo que dicen aquí, al calor del debate político, tiene pies y cabeza, o es otro de sus fantasmas, otro de sus señuelos.
La ética de PAC PAC PAC es un dogma, ni ellos la entienden, ni ellos se ponen de acuerdo. Por supuesto que queríamos esta confrontación solo contra el PAC, frente a frente, para que el país mida, sopese entre el camino que hace grande a Costa Rica, el camino que reconoce el mundo, del progreso y bienestar económico y social, o el camino de la incertidumbre, porque apostarle al PAC PAC PAC es jugar a la ruleta rusa.
