A pesar de la continuidad partidaria, según los resultados electorales más recientes, aproximadamente el 70% de ciudadanos costarricenses, también soñó un relevo total del equipo gubernamental 2006-2010. Y aunque no se logró, con el entrante, al menos durante su acomodo, pudo haber sido un tiempo de “paz”.
Claro que después, en el mejor de los casos será igual, pues estamos ante aquel sueño hecho a la imagen que conocemos y que aterra hasta las entrañas.
En palabras de gente del equipo elegido, con excepciones por los refuerzos, dirán que ahora sí “jugarán en primeras”, y que de paso ahora también, llevarán a Costa Rica al primer mundo. Rezos eternos para vivir de la política hundiendo al país en la peor tragedia de su historia. Cierto es que se llega al final de cuatro años en que tuvieron todo el poder político, todo el poder económico y hasta el de la fuerza para reprimir, hostigar y silenciar voces de denuncia. También todo lo que se propusieron para arrasar recursos naturales y fondos públicos.
Sin embargo, de los resultados tan sólo dos ejemplos dicen mucho de sus obras: Con su juego de primera, trajeron el último lugar de Alemania 2006, a pesar del acompañamiento y festejo presidencial en calles alemanas luego de la primera goleada. Más en la próxima eliminatoria mundialista, otra intervención presidencial presionando para que la selección acudiera a jugar en territorio hondureño dominado por el terror militar, propició el desmoronamiento de lo conquistado con gran esfuerzo hasta ese momento.
Pero además del deporte, en campos como la seguridad, educación, salud y otros; las evidencias son más que elocuentes de que en este período, tocamos fondo. Ya que importó más destruir un estadio para construir otro “regalado”, que por ejemplo atender a cabalidad las apremiantes necesidades de los damnificados del terremoto de Cinchona. O la doble catástrofe de inseguridad ciudadana, lo más explotado en la campaña eleccionaria, y para la que alguien ha dicho que no se podía esperar otra cosa; pues en ese ministerio se colocó a quien no era idónea ni para jugar futbolín, mucho menos en la cancha más pedregosa del país.
Y como a base de propaganda cualquier ministro o presidente es capaz tanto de dormir en tugurio como de escalar el Chirripó, en educación pública con “avancemos” publicitado hasta la saciedad como el programa estrella del gobierno, no han hecho más que enmascarar los eternos problemas medulares del sistema educativo. Así que también, un economista repartiendo bonos escolares, tampoco ha resultado eficiente en eso. De nuevo cuestión de idoneidad dirán otros. Lástima que la Constitución y el Código de Servicio Civil, no establezcan que también los funcionarios de confianza, deban ser elegidos por idoneidad comprobada (Artículo 192 C.P.). Ya que así, en instituciones trascendentales (CCSS, MEP, SP) para una vida digna, muy seguramente tendríamos mejores situaciones. Aunque estos mandatos de ley, en la elección de funcionarios públicos se hacen añicos a cada rato y en el MEP sobran ejemplos. Tan sólo dos casos para ilustrar labores reales: Una educadora que con más de 20 años de servicio, debidamente titulada y calificada, en algún momento fue sometida a acoso laboral, lo cual fue denunciado pero desatendido por las autoridades correspondientes. A la vez, en estado de enfermedad e incapacitada, fue despedida sin responsabilidad patronal. Se presentaron los reclamos de ley que finalizaron a favor de la ofendida, sin embargo, sistemáticamente las autoridades se negaron a acatar el fallo. Al cabo de tres años, sólo por insistencia de la afectada, luego que narró su caso a una pareja de abogados recién ingresados al MEP, dos meses después gracias a la atención profesional y humana de ambos funcionarios, la educadora fue restituida. No obstante, fueron tres años para los que el pago de las indemnizaciones, no serán suficientes para reparar los daños a ella y al sistema.
Otro caso, un educador que con diez años de función docente en una misma plaza vacante, continuaba en condición interina, todos los años excelentemente calificados, con idoneidad comprobada y máxima clasificación en el escalafón profesional. También sometido a condiciones de acoso psicológico laboral. Por lo que denuncias y reclamos legales elevó a las autoridades correspondientes, pero nunca fueron resueltas. Finalmente, fue despedido de sus funciones bajo el alegato patronal de que no poseía idoneidad para el puesto, y nada menos que con la firma de los señores ministro “subversivo” y presidente de la República. Por eso, nuevas denuncias fueron elevadas ante diferentes instancias, incluyendo la del despacho ministerial, en ellas intervinieron asesores legales independientes, gremios y colegio profesional; pero la justicia de este país de derecho, se quebró.
Ahora, para prueba de cómo avanza la educación nacional, mi amigo afectado, posee un cuadro a la par del de sus atestados académicos colgando en una pared de su oficina particular, en el cual montó el último oficio que le entregaron del caso, mostrando las firmas del presidente Nobel de la Paz y del economista Ministro de Educación, el mismo que “por un pelito” –versión verde del menos malo- no se fue, a pesar de que ya se había despedido. ¿Ganó Costa Rica?