Historias aparte, las cuáles son ya muy conocidas, vale la pena tener presente algunas situaciones poco esperadas en esta campaña electoral. Entre ellas el salto como tercera fuerza política del Frente Amplio, la milagrosa resurrección de un ya moribundo Acción Ciudadana, el «golpe al hígado» asestado por el pueblo al Movimiento Libertario, el merecido castigo al PASE, un Liberación Nacional «sacando agua del bote», pero sobre todo, es importante no dejar pasar el tremendo susto sufrido por la «derecha empresarial costarricense», que debe todavía tener «los pelos de punta» por el merecido apoyo que recibe el Frente Amplio del pueblo costarricense. Los aullidos de lobo de esta derecha empresarial se tradujeron en viejos refritos de la guerra fría y en equívocas argumentaciones teórico conceptuales, que le dieron cierto resultado, gracias a que lograron confundir a un pueblo que cada vez se deja manipular menos por los grupos de poder. Sobre todo una juventud pensante y crítica, que quiere un cambio profundo en las estructuras políticas actuales. Pues bien, después volveremos sobre este tema. Un susto tan grande se les debe haber calado hasta la médula.
Empecemos por el FA como tercera fuerza política. No hay duda de que el Frente Amplio ha ganado un lugar en el corazón y la mente del pueblo costarricense. Sus dos apariciones en la Asamblea Legislativa fueron suficiente para demostrarle al pueblo costarricense que sí hay «padres de la patria» que están dispuestos a luchar por las mejores causas sociales. Si pudo hacer mucho con un diputado en cada periodo legislativo, no hay duda de que con 9 diputados redundará en proyectos y grandes luchas en favor de los que menos tienen. Está claro que debe tener mucho cuidado en su trabajo legislativo. Ante un empresariado temeroso por el crecimiento de un partido progresista, democrático, de izquierda y honesto, es necesario actuar con cautela e inteligencia. La derecha empresarial, que ha estado acostumbrada a hacer buenos negocios con la política, estará siempre al acecho y no desperdiciará el mínimo error para atacar directamente «a la yugular» de quienes consideran enemigos del lucro, la ganancia desmedida, los negocios oscuros y fáciles. También la dirigencia del FA debe tener muy claro que a diferencia del PLN y del PUSC, en menor medida, que tienen un voto cautivo por tradición, el resto de los partidos emergentes disponen de un voto fluctuante, que se deja llevar por diferentes variables y situaciones coyunturales e histórico-sociales.
Otra situación particular fue la resurrección del PAC. Considero que el pasado 2 de febrero logró salir de «cuidados intensivos» a «sala de recuperación». Dos factores hicieron posible ese saludable salto. Uno, el retiro obligado del Dr. como candidato del PUSC y dos, la «campaña del miedo» contra el Frente Amplio, que generó incertidumbre en cierto porcentaje de votantes costarricenses. El PAC desde hace bastante tiempo ya no generaba muchas simpatías entre el pueblo costarricense. Tres elementos generaron esta situación. Un liderazgo negativo, el trabajo deficiente de su fracción en todos los periodos legislativos y, sobre todo, un papel deslucido y flojo en la lucha contra el TLC. A mi parecer, este último fue el elemento fundamental mediante el cual este partido comenzó a perder credibilidad en el pueblo costarricense. A pesar de todo, y gracias a situaciones coyunturales, hoy es la primera fuerza política del país y se prepara para disputar el próximo 6 de abril la presidencia de la República. Pero como dicen, «genio y figura hasta la sepultura». Este renacer le ha hecho «subir los humos» a algunos de sus dirigentes y han menospreciado posibles negociaciones de proyectos políticos en la futura Asamblea Legislativa, que redundaran en beneficio del pueblo.
Del Movimiento Libertario no hay mucho que decir. Ya conocemos sus frutos. Nadie esperaba tanta debacle. Ni siquiera su milenario líder. Sus propuestas «camaleónicas» no surtieron efecto en una población cada día más pobre y una juventud que ya no «come cuento» y sabe distinguir entre lo bueno y lo malo de la teoría política. El mayor aprendizaje para el ML es que de nada sirve estar cambiando de discurso cada cuatro años, ya que el pueblo sabe muy bien que «aunque la mona se vista de seda mona se queda».
Y aunque todavía hay mucho de qué hablar, terminemos con el PASE. Al igual que el ML es un partido familiar. Hay algunos partidos que son creados para ser empleadores de sus líderes. Y peor aún, se crean apelando a las necesidades de quienes dicen representar. Esto lo vislumbró el pueblo desde hace bastante tiempo. Por eso le dio su merecido en esta campaña pasada. Lo ideal hubiera sido que no sacara ningún diputado; sin embargo, la suerte le acompañó.
