Las grandes empresas transnacionales culminan poco a poco por apoderarse y tragarse a las universidades, controlándolas en vista a sus deseos mezquinos y egoístas.
“Jennifer Washburn, autora del libro University, Inc.: The corporate corruption of higher education, critica que en EE.UU. las corporaciones empresariales están cada vez más sentando sus bases en las universidades y controlando sus agendas de investigación a tal grado, que la ética de las universidades está puesta en duda y que a todo el fenómeno en su conjunto se le conoce como Universidades S.A. de C.V. Ella, de acuerdo con Martin, critica enfáticamente que las consecuencias de los límites borrosos entre las esferas académicas y las empresariales son serias” (Muela, 2005, 9).El injerto vomitado entre el deseo privado y el ideal comunitario engendró el híbrido Universidad S.A. de C.V., que olvidó la moral social, mutándola en una especie de moral egoístamente sectaria
“Tradicionalmente las universidades eran los principales centros para la transformación de información en conocimiento, con propósitos socialmente éticos de solucionar los problemas del mundo y buscar el equilibrio entre los humanos y el cosmos. Pero con la llegada de las Universidades S.A. de C.V., las alianzas entre el estado empresarial y las universidades, las contradicciones se hacen evidentes” (Muela, 2005, 7-8).
Aunque quizás no todas las universidades estatales del globo han sido ya totalmente violadas y poseídas, sí es claro que todas están expuestas a ser ocupadas. En palabras del filósofo Jacques Derrida, se puede decir que, en efecto, la universidad “se vende a veces, se expone a ser simplemente ocupada, tomada, vendida, dispuesta a convertirse en la sucursal de consorcios y de firmas internacionales. Hoy en día, en Estados Unidos, y en el mundo entero, juega una baza política importante: ¿en qué medida la organización de la investigación y de la enseñanza debe ser sustentada, es decir, directa o indirectamente controlada, digamos con un eufemismo «patrocinada», con vistas a intereses comerciales e industriales? Dentro de esta lógica, como sabemos, las Humanidades son con frecuencia los rehenes de los departamentos de ciencia pura o aplicada que concentran las inversiones supuestamente rentables de capitales ajenos al mundo académico” (Derrida, 1998, 6).
Las nuevas universidades internacionalizadas s.a., brindan mayores o menores presupuestos según sean las disciplinas, recompensando a unas y condenando a otras a la asfixia. Hay que reconocer que en este nuevo panorama “la investigación universitaria está menos enfocada a resultados específicos que otros que no sean los de la investigación gubernamental o de las corporaciones empresariales. Esto es especialmente cierto en campos como la filosofía o las matemáticas (Muela, 2005, 8-9). En este mismo sentido Washburn resalta en su University, Inc, la orientación comercial de la investigación, al mismo tiempo que “deplora que la búsqueda de conocimientos teoréticos estén siendo erradicados para dar paso a la investigación comercial, y que mientras algunas disciplinas que generan dinero, estudian al dinero o que atraen dinero, están bañadas en recursos y espacio de laboratorios. Mientras que la física, la filosofía y otros campos tienen problemas en mantenerse a sí mismas como mejor puedan” (Muela, 2005, 9).
Las universidades s.a, no están inspiradas en los ideales colectivos de las antiguas universidades estatales, sino que más bien, son comandadas por los apetitos y exigencias de sus mecenas privados. Según Dyer-Witheford (2005) “Estas Universidades S.A. de C.V. a su vez, investigan en base a las agendas de los empresarios corporativos o estatales, e intentan, contrario a su ideario del respeto a los derechos democráticos de la libertad de expresión, precisamente censurar las publicaciones al público de tales investigaciones” (Muela, 2005, 8).