Informe de la Contraloría revela que BCR infló monto de pagos incluyendo utilidades de sus subsidiarias.
Gerentes generales de tres bancos públicos cobran salarios de entre ¢180 y ¢215 millones al año, más bonos por productividad.
Entre 2006 y 2012, tres bancos del Estado repartieron ¢99.832 millones provenientes de sus ganancias como incentivos para mejorar la productividad de sus empleados. Los pagos se efectuaron sin tener un modelo de evaluación de desempeño y excediendo los topes máximo previstos por la ley.
En el caso del Banco Nacional de Costa Rica (BNCR), este sistema de incentivos pagó un bono especial de productividad para la «alta gerencia» que, en 2012, distribuyó ¢518 millones entre 19 jerarcas, que equivale a un promedio de ¢27,2 millones para cada uno.
Estos premios complementan los millonarios salarios que perciben los gerentes generales de estos tres bancos públicos quienes, según la Contraloría General de la República (CGR), cobran un salario anual bruto de entre ¢180 y ¢215 millones al año y constituyen el codiciado botín de la banca pública.
Según datos aportados por la Contraloría, el gerente general del BCR tiene un salario bruto mensual de ¢15 millones, el gerente general corporativo del Banco Popular, Geovanny Garro, percibe ¢15,9 millones y Fernando Naranjo, quien era hasta este lunes gerente general del Banco Nacional de Costa Rica (BNCR), cobra ¢18,3 como salario bruto anual.
Tres informes de auditoría efectuados por la CGR revelan que, con diferentes métodos y normativas, las tres entidades públicas coinciden en tomar parte de sus utilidades netas y repartirlas como un bono anual entre sus trabajadores.
La entidad que más dinero de sus utilidades repartió entre sus empleados es el BNCR que pagó entre 2006 y 2012 ¢78.221 millones.
Le sigue el Banco de Costa Rica (BCR) que giró ¢14.616 millones como incentivos por productividad, y finaliza el Banco Popular con giros por ¢6.994 millones.
En el caso del Banco Popular, el pago de estos incentivos a la productividad se incrementó aun cuando las utilidades del banco cayeron.
En el año 2012 las utilidades del Banco Popular cayeron un 7% pero el pago de incentivos creció un 13,1% y durante el 2013 las utilidades se desplomaron un 29% pero los incentivos se incrementaron un 9,2%.
El presidente de la junta directiva del BCR, Ronald Solís, señaló que apoya la gestión de austeridad impulsada por la Contraloría y aseguró que en la contratación del nuevo gerente general de la entidad, Mario Barrenechea, se impulsó una rebaja de ¢3 millones al mes en el salario mensual del jerarca.
«Con esta rebaja en el salario mensual del gerente general del BCR, nos ahorramos cerca de ¢5 millones al mes entre salario y cargas sociales. En la nueva junta directiva veníamos con preocupaciones similares a la Contralora y estamos analizando excluir las ganancias de las subsidiarias del incentivo por productividad», explicó el Presidente del BCR.
La oficina de prensa del BNCR señaló que los incentivos son una práctica común en la industria bancaria y que en esa entidad se establecieron incentivos económicos para todo el personal desde el año 1997, lo cual permitió un drástico mejoramiento de los resultados financieros de la institución y de todos los indicadores con los que se mide la gestión de los bancos.
El presidente de la junta directiva del Banco Popular, Héctor Monge, no respondió los mensajes dejados por UNIVERSIDAD en su oficina.
El diputado de la Comisión de Ingreso y Gasto Público, Ottón Solís, calificó la situación como «muy grave» y señaló que la renuncia (presentada el pasado lunes 26 de enero) del Gerente General del BNCR, Fernando Naranjo, constituye una oportunidad «para terminar con gerentes bancarios que se ganan $400 mil al año en este pobre país» (vea entrevista aparte).
INFLARON LOS MONTOS
Los informes de la Contraloría revelan que el BCR infló los montos al incluir las utilidades netas generadas por sus empresas subsidiarias y que excedieron ampliamente los topes máximos previstos en sus normativas en concepto de incentivos por productividad.
En el caso del BCR, la normativa señala que el monto a pagar como incentivo por productividad no puede exceder el 8% de las utilidades netas incluyendo cargas sociales.
Sin embargo, el estudio de la CGR revela que, a partir del 2012, las utilidades netas utilizadas como parámetro para calcular el monto máximo del incentivo incorporaron las utilidades generadas por las empresas subsidiarias incluyendo el fondo de inversión SAFI, la operadora de pensiones y el Banco Internacional de Costa Rica SA (Bicsa).
Las utilidades de estas empresas subsidiarias al BCR representaron el 24,9% y «repercutieron directamente en la determinación del tope máximo del 8% utilizado por el Banco como parámetro de referencia».
Los cálculos del ente contralor señalan que si no se hubiesen incorporado las utilidades de las subsidiarias, en 2012, el monto para pagar por incentivos habría sido de ¢632,8 millones menos.
En el caso del BNCR, la Convención Colectiva vigente señala que el Banco puede pagar por incentivos a la productividad el equivalente al 15% de sus utilidades consolidadas; sin embargo, entre los años 2006-2012, el BNCR erogó montos que superanel 30% de sus utilidades, debido a que las cargas patronales no fueron contempladas dentrodel tope establecido.
SIN CONTROL Y CONFIDENCIAL
Según el análisis efectuado por la Contraloría en los tres bancos auditados: BCR, BNCR y Banco Popular, el pago de incentivos a la productividad no está alineado a los objetivos estratégicos de las entidades y no existen evidencias acerca de cuáles son los aportes que estos incentivos han dado al logro de los objetivos institucionales.
Los analistas de la Contraloría concluyeron que la información suministrada por el BCR sobre objetivos, metas e indicadores anuales no estaba alineada con los objetivos definidos del banco, excepto en el año 2010, donde la matriz de control incluyó una columna que muestra la vinculación directa con el plan.
La Contralora, Marta Acosta, señaló que durante la auditoría el BNCR solicitó que alguna información recopilada se declarara como de acceso restringido, lo cual fue valorado por la CGR y no fue aceptado por cuanto no se presentaron justificaciones suficientes.
Renuncia gerente que ganaba más que Obama
El gerente general del Banco Nacional de Costa Rica (BNCR), Fernando Naranjo, presentó su renuncia este lunes durante la sesión de junta directiva del mayor banco público del país.
Naranjo había sido objeto de múltiples críticas ya que este funcionario público cobraba ¢215 millones al año, equivalentes a unos $407 mil, un salario mayor a los $400 mil que cobra el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, según su última declaración de impuestos.
La renuncia de Naranjo se produjo pocas horas después de que la Contraloría General de la República (CGR) difundiera un estudio, en el que revelaba el pago de millonarios incentivos a la productividad para los altos gerentes del BNCR.
En un comunicado de prensa, Naranjo señaló que su renuncia no estaba relacionada al informe de la CGR y que retomaría sus labores profesionales en la empresa Consultores Económicos Financieros (Cefsa).
Naranjo defendió su labor al frente del BNCR: “Los resultados obtenidos por el Banco en el año 2014 son excelentes y he considerado que es el momento oportuno para asumir nuevos retos profesionales y personales”.