Informe Desarrollo Humano 2005 «Libre» comercio profundiza desigualdad

«La hipocresía y los dobles estándares no son cimientos sólidos para crear un sistema multilateral basado en normas y orientado al desarrollo humano». El

«La hipocresía y los dobles estándares no son cimientos sólidos para crear un sistema multilateral basado en normas y orientado al desarrollo humano».

El análisis es detallado y, contra la diplomacia acostumbrada en los círculos internacionales, llama a las cosas por su nombre.

Sin duda, el capítulo sobre el comercio internacional, del «Informe sobre Desarrollo Humano 2005. La Cooperación Internacional en la encrucijada. La asistencia, el comercio y la seguridad en un mundo desigual», del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), no será del agrado de quienes defienden la globalización y la apertura comercial actuales como si se tratara de una religión.

«Los costos y beneficios del comercio no se han distribuido de manera uniforme entre y al interior de los países, de modo que se ha perpetuado un patrón de globalización sustentado en la prosperidad de unos pocos en medio de la pobreza masiva y la profundización de las desigualdades», plantea en su inicio.

 

El documento agrega que la desigual correlación de fuerzas entre los países ricos y pobres, en el plano del comercio, se manifiesta en las reglas de juego que se imponen en foros como la Organización Mundial de Comercio (OMC), y en los Tratados de Libre Comercio (TLC), a través de los cuales la nación con más poder, Estados Unidos, empuja los compromisos más allá de lo que «negociadamente» se pueda lograr en el marco de la primera. (Ver también: «Fuerte crítica al TLC con EE.UU»)

«Los gobiernos desarrollados rara vez dejan de enfatizar las virtudes de los mercados abiertos, la igualdad de condiciones y el libre comercio, en especial en las recetas que dan a los países en desarrollo. Sin embargo, esos mismos gobiernos mantienen un formidable conjunto de barreras proteccionistas en contra de los países en desarrollo. Además, gastan miles de millones de dólares en subsidios agrícolas. Tales políticas sesgan los beneficios de la globalización a favor de los países ricos, a la vez que niegan a millones de habitantes de los países en desarrollo la oportunidad de compartir los beneficios del comercio. La hipocresía y los dobles estándares no son cimientos sólidos para crear un sistema multilateral basado en normas y orientado al desarrollo humano», dice.

AGRICULTURA: «NO SUELTAN PRENDA»

El documento demuestra que a pesar del incremento del comercio mundial, los países industrializados evitan perder su participación de mercado únicamente en la agricultura, que es también el sector en el cual los países en desarrollo tienen una ventaja clara. Para hacerlo recurren al proteccionismo y a los subsidios, en lo que constituye «una clara demostración de poder.»

«Las distorsiones de precio causadas por los subsidios de los Estados Unidos tienen un impacto directo en los pequeños productores, ya que hacen caer los precios mundiales entre 9% y 13% y permiten que los productores de los EE.UU mantengan el dominio de los mercados mundiales de exportación con cerca de la tercera parte del total de las exportaciones del mundo. Estas exportaciones no serían factibles sin los subsidios», explica el Informe.

Paralelamente, los países ricos recurren a prácticas de fragmentación de la producción y la subcontratación de los procesos de investigación, gestión de datos y suministro de servicios técnicos, para utilizar mano de obra más barata y aumentar sus ganancias.

«El mayor intercambio comercial, según uno de los mitos imperantes respecto de la globalización, habría sido el catalizador de una nueva era de convergencia. Quienes respaldan esta hipótesis dicen que el aumento del comercio estaría disminuyendo la brecha entre países ricos y países pobres, y que éstos últimos estarían usufructuando del acceso a nuevas tecnologías y nuevos mercados. Como en el caso de la mayoría de los mitos, aquí se conjugan algunas pocas verdades con una fuerte dosis de exageración y si bien algunos países están acortando la brecha, lo están haciendo a partir de una base muy baja. Para la mayoría de los países, la historia de la globalización es una historia de divergencia y marginalización», argumenta.

Y es que, la clave de los beneficios del comercio está en la creación de valor agregado, que es poco en los países escogidos para realizar procesos de maquila.

«Para conseguir resultados satisfactorios en el comercio mundial, es cada vez más importante llegar con bienes manufacturados a los mercados de mayor valor agregado. Gran parte del aumento en la participación del mercado registrada por los bienes manufacturados procedentes del mundo en desarrollo se origina en una sola región: Asia Oriental, y en un pequeño grupo de países», explica.

En contraste, por ejemplo la participación de África Subsahariana en las exportaciones mundiales, con una población de 689 millones de habitantes, es inferior a la mitad de la de Bélgica, con 10 millones de habitantes.

«Estos límites de la convergencia a través de la integración global resultan asombrosos. Después de más de dos decenios de acelerado crecimiento del comercio internacional, el ingreso de los países ricos (que representan el 15% de la población mundial) todavía equivale a tres cuartas partes de las exportaciones mundiales, una disminución sólo leve respecto de los años 80. La capacidad de los países de convertir los frutos de las exportaciones en mayor ingreso y, por ende, en mejores niveles de vida y mayor reducción de la pobreza, no depende tan sólo del volumen de la producción y las exportaciones, sino del valor agregado, una medida de la riqueza creada. Y es el valor agregado gracias a la producción industrial el que más influye en la distribución del ingreso mundial y de los beneficios del comercio. La mala noticia, desde la perspectiva de la distribución mundial, es que, después de 25 años de integración global, el equilibrio de poder en la industria apenas ha cambiado», agrega.

Los países ricos todavía representan más del 70% del valor agregado de la industria manufacturera del mundo, mientras que América Latina más bien ha perdido participación de mercado. «Incluso México, el exportador más dinámico de la región, también ha perdido participación respecto de Asia Oriental y de manera más notoria, respecto de China. La explicación es sencilla: México agrega poco valor a los productos altamente tecnológicos que exporta que ya tienen un alto valor agregado. El crecimiento de sus exportaciones se basa en el simple ensamblaje (en plantas maquiladoras) y reexportación de productos

importados, sin aportar gran mejoramiento tecnológico.»

Los siguientes, son otros elementos que definen las reglas de juego del comercio mundial, en desmedro del desarrollo humano de los países con menos poder, según el PNUD:

ARANCELES

* En promedio, los países pobres que exportan a los países de ingreso alto enfrentan aranceles que son tres o cuatro veces mayores que aquellos que se aplican al comercio entre países de ingreso alto. Por ejemplo, mientras el arancel promedio sobre las importaciones de países en desarrollo hacia países de ingresos alto es de 3,4%, Japón impone un arancel de 26% al calzado proveniente de Kenya, la Unión Europea un arancel de 10% a las importaciones de prendas de vestir de la India. Vietnam paga $470 millones en impuestos por sus exportaciones de $4.700 millones, mientras que el Reino Unido paga prácticamente lo mismo por exportaciones de $50.000 millones. En Estados Unidos, el arancel efectivo que grava las importaciones desde países como Bangladesh y Vietnam es aproximadamente 10 veces más alto que aquel que se aplica a productos provenientes de la mayoría de los países de la Unión Europea.

PROPIEDAD INTELECTUAL

* El acuerdo ADPIC establece un sistema mundial para los derechos de propiedad intelectual que se basa en el nivel de protección brindado por los países más desarrollados del mundo, que aumentará el precio de las tecnologías patentadas, generará ganancias para los dueños de las patentes y aumentará el costo de transferencia de las tecnologías.

* Las amenazas al desarrollo humano que plantea el acuerdo sobre los ADPIC son especialmente pronunciadas en la salud pública. Las condiciones bajo las cuales entran al mercado los productos genéricos producidos por el método de ingeniería inversa y luego compiten con los productos de marca o patentados influyen fuertemente en los precios de los medicamentos. Un cálculo para la India sugiere que para los hogares el costo que se asocia con mayores precios de los medicamentes aumentará en US$670 millones y casi duplicará el gasto actual en medicamentos contra las bacterias.

* Los proveedores públicos de salud también tendrán que ajustarse a los costos más altos. Agrega que, en el caso de Costa Rica, los costos de adquisición de algunos medicamentos -no genéricos-, crecería de manera importante.

El Informe también critica el impacto del comercio sobre los derechos laborales y el ambiente, así como la estructura de poder al interior de los organismos internacionales en los que se deciden las reglas de juego del comercio mundial. Aun así, llama a aprovechar la Ronda de Doha, de la OMC, para fortalecer los vínculos entre el comercio y el desarrollo humano.

En particular, afirma que «la prioridad más inmediata es considerar la política comercial como un componente central de la planificación nacional para reducir la pobreza» y agrega que la próxima reunión ministerial de la OMC, planeada para diciembre de 2005, «constituye una oportunidad decisiva.»

Este capítulo del Informe puede leerse electrónicamente en la dirección: http://hdr.undp.org/reports/global/2005/espanol/pdf/HDR05_sp_chapter_4.pdf.

Fuerte crítica a TLC con EE.UU.

Con el título «Ir más allá de la Organización Mundial del Comercio», el estudio del PNUD analiza los TLC, en general, y el acuerdo firmado entre EE.UU., Centroamérica y República Dominicana (o CAFTA), en los siguientes términos:

En los últimos años hemos sido testigos de drásticos cambios en la política comercial de los EE.UU. Mientras la OMC sigue siendo un importante epicentro, los Tratados de Libre Comercio regionales y bilaterales se utilizan para fortalecer y ampliar las disposiciones multilaterales. Unas de las que más se destacan son las normas sobre propiedad intelectual. Muchas de las negociaciones en las que se está llegando a acuerdo generan inquietudes en relación con el desarrollo humano.

Los acuerdos bilaterales establecidos con Jordania (2000), Vietnam (2001), Chile (2003), Marruecos (2004), Australia (2004) y el acuerdo regional con seis países en el marco de la Zona de Libre Comercio de Centroamérica (CAFTA, 2004) han generado disposiciones

del tipo ‘ADPIC-plus’. Si bien las disposiciones más precisas varían, existen tres temas recurrentes:

* Extensión y expansión de la protección de las patentes: todos los Tratados de Libre Comercio otorgan protección de las patentes por un plazo de 20 años, tal como lo estipula la OMC. En ciertas condiciones, exigen una prolongación del período de protección.

Por ejemplo, los titulares de patentes en el marco del CAFTA pueden solicitar extensiones para compensar cualquier demora de los organismos fiscalizadores nacionales en el otorgamiento de la patente. Además, todos los Tratados de Libre Comercio van más allá del acuerdo sobre los ADPIC en cuanto a fortalecer la protección de las patentes en el caso de plantas y animales.

* Restricciones sobre uso de datos clínicos: antes de que se otorguen las patentes para medicamentos, las compañías farmacéuticas deben registrar los datos de ensayos clínicos ante los organismos nacionales de inscripción de medicamentos. Acceder a tales datos es importante para las empresas productoras de medicamentos genéricos ya que les permite producir copias de medicamentos patentados sin tener que repetir ensayos costosos.

Por su parte, el acuerdo sobre los ADPIC sólo establece que los gobiernos deben impedir «el uso comercial injusto» de datos. Por el contrario, la mayoría de los Tratados de Libre Comercio disponen de un período de «exclusividad de mercado» de cinco años que resulta coherente con las leyes de los Estados Unidos. Durante este período, se prohíbe el acceso a los datos de los ensayos, con lo cual se podría retrasar la entrada al mercado de los medicamentos genéricos y limitar la posibilidad de utilizar licencias obligatorias. Además, la exclusividad es transfronteriza; las restricciones que se aplican en un país (por ejemplo en los Estados Unidos.) también son válidas en otro (por ejemplo, Nicaragua) y en toda la jurisdicción del Tratados de Libre Comercio.

* Restricciones sobre licencias obligatorias e importaciones paralelas: en el marco del acuerdo sobre los ADPIC, los gobiernos pueden autorizar licencias obligatorias que permitan a las compañías genéricas producir copias de medicamentos patentados de bajo costo a fin de propiciar la salud pública. También es posible importar productos patentados que se venden a menor costo en el extranjero, disposición conocida como importaciones paralelas. Los Tratados de Libre Comercio debilitan ambas disposiciones. Por ejemplo, algunos acuerdos limitan el uso de las licencias obligatorias a situaciones de emergencia y casos de probado comportamiento anticompetitivo. La responsabilidad de los países en desarrollo pobres de «probar» que se trata de una emergencia o de un comportamiento anticompetitivo, probablemente limite la posibilidad de recurrir a las licencias obligatorias. De igual modo, mientras el acuerdo sobre los ADPIC permite a los miembros de la OMC cierto nivel de flexibilidad a la hora de decidir si autorizar o no la importación paralela de medicamentos patentados, la mayoría de los Tratados de Libre Comercio permite a los titulares impedir tal situación. El efecto general de estas disposiciones será limitar la capacidad de los gobiernos de presionar para reducir los precios de los medicamentos. El peligro estriba en que el aumento en el margen de utilidades para la industria farmacéutica comprometerá la capacidad de los estados de abordar los desafíos relativos a la salud pública.

Algunos países en desarrollo han estado dispuestos a comprometerse con normas de propiedad intelectual más rigurosas al tiempo que buscan concesiones en otros ámbitos. El acceso preferencial al mercado de Estados Unidos es el principal incentivo en las negociaciones, especialmente en cuanto a los bienes agrícolas. Sin embargo, el proceso de negociación ha generado algunos resultados poco equilibrados. El CAFTA otorga acceso limitado al mercado a los seis países involucrados (Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y la República Dominicana). En el caso del azúcar, cultivo en el cual estos países tienen ventajas considerables, los aranceles seguirán en niveles superiores al 100% y las importaciones se restringirán al 1,7% del mercado. Mientras tanto, los Estados Unidos consiguieron amplias oportunidades de acceso a los mercados con el arroz en la medida en que obtuvieron cuotas libres de impuestos inmediatas con un aumento anual del 5%. Más de un tercio de las exportaciones de arroz de los Estados Unidos ingresará ahora libre de impuestos, en circunstancias que antes estaba sometido a aranceles de entre 15% y 60%. A cambio de ventajas de mercado limitadas, en el mejor de los casos, para un cultivo de exportación producido principalmente por grandes agricultores comerciales, los países en desarrollo del CAFTA decidieron aceptar normas de propiedad intelectual que podrían comprometer la salud pública y la innovación tecnológica y que exponen a sus propios productores de arroz a una competencia altamente subsidiada proveniente del sector arrocero de los Estados Unidos.

Fuente: Informe sobre Desarrollo Humano 2005, PNUD. Pg. 155.

Viceministra Doris Osterloff:

«Es un compromiso»

UNIVERSIDAD envió dos preguntas a Doris Osterlof, viceministra del COMEX, sobre el Informe del PNUD. A continuación, sus respuestas.

El capítulo sobre comercio internacional del Informe del PNUD, es muy crítico de la forma como se plantea la apertura comercial y la globalización. Plantea que las reglas de juego, tanto en el marco de la OMC como de los TLC, son muy desfavorables para los países pobres. ¿Cuál es su posición sobre este tema?

– Creo que lo que hay que preguntarse es ¿qué harían los países pobres si no existieran reglas de juego? Los productores necesitan de ciertas reglas con el objetivo de eliminar obstáculos al comercio y de poderlos proteger del comercio desleal. Si las normas están jugando en contra de los países pobres, esto podría deberse, más bien a sus realidades productivas. Sería más complicado para ellos si no hubiera un marco normativo. Con la globalización de los procesos productivos, lo peor que podría pasarles a los países pobres sería no tener reglas de juego. Por eso es clave el proceso de administración de toda la normativa, en función de los intereses nacionales de un país.

Así como Costa Rica en el pasado se relacionó de manera particular con EE.UU ¿por qué no puede aprovechar sus ventajas para proponerle negociar una política comercial bilateral, fuera del CAFTA, incluso respaldada por las empresas estadounidenses que invierten en Costa Rica, porque aprecian esas ventajas o logros alcanzados por el país?

-El país tiene un proceso que ha desarrollado con Estados Unidos y con el cual se ha comprometido mediante el Tratado. Pasó de una relación bilateral, a una regional. El asunto es cómo va a aprovechar sus ventajas internas para sacar provecho. Ahora, el TLC es un instrumento importante, pero no es el único necesario.

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