El puerto de Limón niega estar en manos del narcotráfico y clama por más empleo para enfrentar la pobreza.
Aunque por sus condiciones de vida se puede hacer una analogía entre la historia de Limón y la de “La Cenicienta”, la ciudad caribeña tiene una historia más triste, pues –a diferencia del personaje del cuento- aún no tiene un final feliz y está a la espera de que la ayuden a salir de la pobreza, del desempleo, de la violencia delictiva y del abandono en que la han tenido los últimos gobiernos, incluido el actual.
Fuentes de empleo suficientes y trabajo digno, es por lo que más claman los limonenses, quienes -en un número considerable- no creen que la ola delictiva divulgada en los medios de comunicación en torno a esta comunidad, sea el principal problema que los agobia.
Son pocos los que comparten una visión pesimista como la del Fiscal General de la República, Francisco Dall´Anese, en el sentido de que Limón es un caso perdido, al estar tomado por las fuerzas del narcotráfico (véase recuadro “Limón ¿está perdido?”).
Una mejor infraestructura vial, una adecuada recolección y disposición de la basura, y mayor seguridad ciudadana, son algunos de los planteamientos que hicieron -para mejorar las condiciones de vida de las personas que habitan este puerto y la provincia en general- representantes de diversos sectores consultados por este Semanario, durante una visita de dos días por la cabecera de la sétima provincia del país.
No obstante que emitieron criterios dispares sobre la violencia delictiva y su gravedad, el alcalde Eduardo Barboza; el vicario de la Iglesia Católica, Eduardo Salas; y el director de la Sede de Limón de la Universidad de Costa Rica (UCR), Enrique Zapata, coincidieron en que la falta de fuentes de trabajo es un problema primordial.
Parecida opinión expresaron Rodrigo Araya, director regional de la Fuerza Pública y el subdirector, Walter Solano; así como Liroy Pérez, secretario de prensa del Sindicato (SINTRAJAP) de la Junta Administrativa Portuaria y de Desarrollo de la Vertiente Atlántica (JAPDEVA); Marco Machore, presidente de la Asociación para el Desarrollo de la Ecología; y Carlos González, gerente de desarrollo de la JAPDEVA.
Al buscarle razones a la pobreza socioeconómica de Limón, algunos encuentran desde explicaciones históricas de cuando se construyó la vía del ferrocarril y se instaló la actividad bananera, hasta situaciones de racismo, de efervescencia sindical y la centralización del desarrollo alrededor del Valle Central.
Aparte de estas causas, los entrevistados estiman que -en una buena medida- el subdesarrollo de este puerto obedece al flojo papel que juegan los entes del Estado aquí representados y el desinterés de los gobiernos por asignar suficientes recursos económicos para su desarrollo.
Como dato curioso, la provincia de Limón fue una de las que le dio más votos al mandatario Óscar Arias, para que triunfara en las elecciones del 2006, y por ello el Presidente se comprometió a volcarse con ayuda hacia sus habitantes, quienes a poco más de un año de que acabe esta Administración aún esperan que honre sus promesas.
OLVIDO HISTÓRICO
Respecto de las causas de que Limón sea un puerto con tantos problemas socioeconómicos, el politólogo, historiador y director de la sede de la UCR en aquella comunidad –Enrique Zapata-, hizo un recuento histórico de esos factores.
Recordó que a finales del siglo XIX en el Valle Central había una dinámica que buscaba configurar un mercado nacional y como parte de ello en la región del Caribe no incursiona el Estado, sino una transnacional del banano y otra del ferrocarril. Más tarde lo hacen otras empresas productoras de banano.
Para el historiador, mientras en el Valle Central surge una burguesía, en la región caribeña se desarrolla un proletariado dependiente del funcionamiento de la empresa ferrocarrilera y de las bananeras. Esto impide que surja una burguesía regional y en su lugar se establece un grupo de asalariados, sin una dinámica económica semejante a la del centro del país.
Esta situación influyó para que no se desarrollaran grupos emprendedores, que más tarde se transformaran en empresarios que se aliaran con otros sectores de la burguesía agroindustrial, financiera o exportadora.
Por lo anterior, según Zapata, los habitantes no dejaron de ser simples asalariados de las transnacionales y continuaron como tales cuando el Estado comenzó a instalar sus oficinas en la región.
La misma situación se mantiene y las escasas fuentes de empleo son de origen extranjero, factor que incide para que se genere entre la población una constante dinámica de emigración en busca de trabajo hacia el Valle Central y hacia Estados Unidos.
Zapata cree que la emigración genera al mismo tiempo familias abandonadas por alguno de sus progenitores, lo cual provoca que los hijos deserten del estudio y frente a pocas opciones laborales, se involucran en actividades ilícitas. Un 30% de los hogares tienen a una mujer como jefa.
El historiador piensa que decisiones gubernamentales como el desmantelamiento del servicio de ferrocarril y la apertura a la competencia de las empresas estibadoras de carga en los muelles, han propiciado más desempleo en una comunidad ya de por sí carente de fuentes de trabajo.
“No vislumbro en un futuro cercano una solución, ya que ni los políticos locales ni el Estado tienen un norte claro. Hay ocurrencias cada cuatro años, que no han dado ningún fruto positivo, y más bien han generado más bien más desempleo”, lamentó.
Zapata –originario de Limón- estima que el turismo podría ser una buena opción para esta zona, aunque para que se consolide deber ir de la mano con la seguridad y la infraestructura, de lo cual en este momento es deficitario.
En cuanto a los planes del Gobierno por privatizar los puertos, el profesor de la UCR dijo no estar en desacuerdo a que lleguen capitales extranjeros para financiar obras por concesión, pero sí se opone a que se privatice o se dé en concesión lo que ya es del Estado –como los puertos-, pues son activos que pertenecen a todo el pueblo.
Indicó además que los efectos de la crisis económica ya comienzan a percibirse en esta comunidad y concretamente en la sede de la UCR, en donde algunos estudiantes han pedido una revisión de las becas otorgadas, en vista de que sus padres han quedado desempleados.
Asimismo, dijo tener reportes de que en algunos centros de educación privada han recortado personal y agrandaron los grupos, por la disminución de estudiantes.
LACRA DEL DESEMPLEO
En relación con el desempleo, este es una lacra que arrastra la comunidad limonense desde hace muchas décadas y es a su vez, quizás el principal generador de pobreza, según opinan numerosas personas.
Mientras este Semanario conversaba con el sacerdote católico Eduardo Salas en las oficinas de esa parroquia, Rosa Rodríguez y sus dos hijos en edad en edad escolar visitaron al vicario para que les diera la bendición y agradecerle su ayuda constante en alimentos.
Ella es una de las tantas mujeres cabeza de familia, sin empleo y en una situación de pobreza, que la obliga a vender rifas para sobrevivir con sus dos hijos, a quienes les ha enfatizado la necesidad de que estudien, como condición fundamental para salir de la miseria.
Rodríguez vive en “Limón 2.000”, una urbanización marginal de este puerto, en donde en los últimos meses han sido asaltados dos sacerdotes cuando entraban a la casa cural, contó Salas.
Por otra parte, el sacerdote se refirió al desempleo y cómo esto “lleva muchas veces a las personas a desesperarse y buscar el camino de la delincuencia, lo cual hace entonces que haya mucha inseguridad”, sin que esto marque mucha diferencia con otros sitios del país.
Salas percibe que el Gobierno tiene abandonado a este puerto. “Todos los gobiernos vienen y prometen montones de cosas y a la hora de llegada uno no ve las soluciones, y el actual no es la excepción”. No veo dónde están los proyectos de vivienda, o la ayuda a jóvenes que no puede asistir a la educación formal, añadió.
Al ahondar sobre las razones del abandono, el vicario se quejó de que mucha gente cree que Costa Rica es el Valle Central y a una comunidad como la limonense la ven como de segunda categoría, como una zona de destierro.
Mientras tanto, el alcalde Eduardo Barboza –del Partido Liberación Nacional- coincidió en situar la falta de fuentes de empleo como el principal de los problemas más apremiantes, el cual “le corta la posibilidad de estudiar a la gente, de llevar el sustento a los hijos y genera delincuencia”.
En este campo “se han tomado descabelladas decisiones en su historia, como el cierre de las estibadoras, que dejó una estela inmensa de desempleo, y también perjudicó el cierre del ferrocarril”.
El funcionario municipal añadió que como producto de esas decisiones, hay generaciones de jóvenes que cayeron en la delincuencia, situación que se ve agravada además por la alta inmigración de extranjeros, muchos de los cuales llegan a delinquir.
Acerca de la problemática, Marco Machore –presidente de la Asociación para la Ecología Social- comentó que por diversas razones la comunidad se ha polarizado socialmente y políticamente en los últimos años, por lo que es necesario enfrentar los problemas entre todos, cada uno “poniéndose la camiseta de Limón”.
Otro que criticó la falta de solidaridad de los sectores para buscarle solución a los problemas y el desinterés por ponerse dicha camiseta, fue Liroy Pérez, secretario de prensa del Sindicato de Trabajadores de la JAPDEVA.
Él cuestionó la falta de apoyo financieros a algunos grupos empresariales que podrían desarrollar fuentes de trabajo, que se suma a las campañas que –sin contar el racismo- estigmatizan a la zona, al decir que los limonenses son vagos, que solo hacen huelgas,. Eso hace que las empresas no nos miren como una opción, a pesar de que tengan aquí todas las facilidades, acotó.
De acuerdo con el sindicalista, al estar los principales puertos en Limón, la lógica indica que el desarrollo industrial del país debería girar en torno a estos. “Pero, se las han ingeniado para llevarse toda la infraestructura empresarial al área metropolitana, aunque los costos sean elevados”.
De esta manera trasladan desde aquí la materia prima a zonas francas ubicadas en el Valle Central y después el producto terminado lo envían de nuevo a Limón para exportarlo, con los consecuentes costos económicos y el perjuicio laboral y socioeconómico para esta población, detalló Pérez.
A lo anterior, sumó el hecho de que la JAPDEVA, en lugar de ser fortalecida por los gobiernos para cumplir su papel como motor de desarrollo de la región, la constriñen y “tratan de ver más bien como se la entregan a la empresa privada, que como tal no aporta ninguna ayuda social al pueblo”, a pesar de manejan el 89% del negocio portuario.
Lo expuesto fue respaldado –en entrevistas por separado- por el gerente de desarrollo de la JAPDEVA, Carlos González, quien afirmó que al estar en Limón dicha institución, las otras instancias estatales “no hacen el trabajo que les corresponde, porque para todo son: papá JAPDEVA, y resulta escasa para atender a los seis cantones”.
González criticó que para todos los problemas en educación, carreteras, agua, las instituciones recargan sus responsabilidades en la Junta, que el año pasado dedicó ¢5.800 millones para obras y proyectos en la provincia.
El gerente dijo que quizás haya voluntad política para desarrollar la región; pero, los mandos medios que dirigen las oficinas no tienen poder de decisión o carecen dinero para ello; “van a una reunión, se toman un cafecito, y se van para la casa; eso no resuelve nada”.
González expresó que “si a mí no me dan billete, puedo tener muy buena intención, pero no puedo desarrollar nada. Pregunto: ¿cuál es la cantidad de billete que el Estado costarricense mete en el campo de la educación para la provincia? Proporcionalmente a su territorio, recibimos puras migajas”.
En su criterio, la JAPDEVA podría hacer más por el desarrollo en concordancia con lo que manda el artículo 2 de su ley, pero después viene una ley de la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos que dice que solo pueden invertir un 15%.
Limón ¿está perdido?
“Limón está perdido y no hay posibilidades de desarrollar procesos judiciales de flagrancia, porque no hay policías que sorprendan a nadie en la acción de delinquir”, aseguró el jerarca del Ministerio Público, Francisco Dall´Anese, al referirse a la situación delictiva que sufre esa región.
Para el fiscal general, el Estado ha perdido su poder ante el embate del narcotráfico y la corrupción. “Es lo primero que ha perdido Costa Rica y tampoco se vislumbra una voluntad de recuperarlo”, dijo en tono pesimista.
Explicó que en el puerto los homicidios suman la mayor cantidad del país; en las noches son cosa común las balaceras; y por el hecho de que haya pleitos entre bandas no se pueden minimizar las cosas, porque estas se dividen los territorios, y luego después van a matar a ciudadanos, advirtió.
Dall´Anese hizo ver que el problema es que las personas no tienen posibilidades de ascenso social y “las organizaciones criminales les están ofreciendo esta oportunidad de ascenso por las vías ilegales a los jóvenes, para que resuelvan sus problemas económicos de una manera fácil”.
Al planteársele que algunas personas atribuyen el clima de delincuencia a los medios de información, afirmó que la problemática es complicada, pues las personas no quieren interponer denuncias, ni rendir testimonios en los juicios, debido a que temen por su vida.
El Fiscal mostró preocupación porque esto podría extenderse al resto del país, “aunque la gente no lo quiera ver”.
Contrario a lo dicho por Dall´Anese, el subdirector regional de la Fuerza Pública en Limón, Walter Solano, sostuvo que ese puerto tiene problemas de delincuencia similares al resto del país, pese a que lo presentan como el de mayor número de homicidios.
Solano alegó que si se hace una relación entre número de homicidios y la cantidad de la población, es lógico que salga alta. “Lamentablemente a Limón le han dado un color muy feo. ¿Que aquí matan? Sí, claro, al igual que en Alajuelita”, acotó.
El Subdirector criticó a algunos medios de comunicación –en especial de televisión-, por magnificar el grado de delincuencia en esa comunidad y por jugar con las estadísticas. “Si se hiciera algo más objetivo, nos daríamos cuenta de que tal vez Limón no sea el lugar más peligroso del planeta”.
Una inquietud parecida a la de Dall´Anese externó el director de la Sede de la Universidad de Costa Rica en Limón, Enrique Zapata, quien siente temor de que el Estado pierda el control institucional ante las fuerzas del narcotráfico y la delincuencia.
Mientras tanto, el alcalde y abogado penalista Eduardo Barboza, reconoció que en Limón hay bandas de narcotráfico y de corrupción, lideradas en algunos casos por extranjeros, las cuales se atacan entre sí.
Destacó que desde el Valle Central se ve a Limón con otro cristal, diferente al que usan los locales. Sabemos de los intereses en algunos sectores, para que se piense que visitar Limón es inconveniente por diversas razones y porque no les interesa que surja, agregó.
Aseguró que el Gobierno está interesado en que la situación mejore, aunque se mide la seguridad imperante por el número de homicidios cometidos, y a pesar de que ha bajado la incidencia de otros delitos.
Barboza detalló que tienen un proyecto para crear una policía municipal y para instalar cámaras de vigilancia, con el fin de mejorar la seguridad.
Marco Machore, presidente de la Asociación de Desarrollo para la Ecología, dijo por su parte que Limón necesita un abordaje integral de la delincuencia, que incluya fuentes de trabajo y espacios de recreación sanos. Si se aborda con un enfoque represivo, es poco lo que se podrá hacer, aseveró.
Por otro lado, Liroy Pérez, miembro del Sindicato de Trabajadores de la JAPDEVA, estimó que si bien hay un problema de delincuencia grave, ocasionado por la inmigración de extranjeros -principalmente colombianos- y que forman parte de grupos que se están matando entre ellos, el ciudadano común camina por la ciudad sin ningún riesgo, y no ve que la peligrosidad sea distinta al de otras localidades del país.
Una ciudad sin relleno sanitario
El puerto de Limón tiene un serio problema con la basura, lo cual que hace que esta sea una de las ciudades más malolientes y llena de zopilotes, y esto hace que los turistas se ahuyenten al ver los desechos en las calles, lamentó el vicario de la Iglesia Católica, Eduardo Salas.
Dicho problema ocupa uno de los primeros lugares en la agenda de males que aquejan a la ciudad y que se arrastra desde hace tres décadas, aseguró el alcalde e este cantón, Eduardo Barboza.
Limón no cuenta con un sitio que sirva como vertedero y en donde se le pueda dar tratamiento adecuado a los desechos sólidos.
Por eso no es de extrañar lo dicho por el sacerdote Salas, de que la ciudad desde hace muchos años huele mal, y que incluso esta fuera una de las razones para que el año pasado el Ministerio de Salud impidiera la realización de los tradicionales carnavales en octubre.
En días pasados dicho Ministerio autorizó de manera temporal la reapertura de un relleno sanitario municipal, mientras se trabaja en una propuesta para largo plazo, en un sitio llamado “El tomatal”, proyecto que ya despierta preocupaciones entre la Asociación de Desarrollo para la Ecología.
En una carta del pasado 11 de marzo a la Ministra de Salud, María Luisa Ávila, la citada Asociación le manifiesta su preocupación porque la finca “El tomatal” es de alta vulnerabilidad para el recurso hídrico, por lo que de previo hay que hacer estudios técnicos recomendados por Acueductos y Alcantarillado, que certifiquen la viabilidad del proyecto.
En vista de lo anterior, solicitaron a la jerarca “se sirva asignar la supervisión y aprobación del Proyecto de Relleno Sanitario a los profesionales más calificados de ése Ministerio, para que, en general, la urgente necesidad de un relleno sanitario no se convierta en una excusa que facilite decisiones negligentes, apresuradas o irresponsables, de consecuencias catastróficas para la ecología de Limón”.