La provincia de los pozos secos

Por segundo año consecutivo Guanacaste será una provincia árida, donde las instituciones y la población deberán correr para garantizar el acceso al agua potable.

Algo que ya sabíamos: la falta de agua en Guanacaste tiene en problemas a la población, la producción agropecuaria y la actividad económica de la provincia. Ahora, el dato más nuevo: mayo tuvo un déficit de 90% de lluvias, lo que provocó un trastorno del suministro de agua actual y futuro.

“La situación podríamos catalogarla como muy crítica, dado que en mayo no se ha iniciado normalmente la época lluviosa, particularmente en Guanacaste. Solo ha llovido un 10% de lo normal, por lo que la región presenta una sequía que, debido al fenómeno El Niño, va a continuar en los próximos meses”, explicó el especialista Luis Fernando Alvarado, del Instituto Meteorológico Nacional (IMN).

Por segundo año consecutivo, luego de generar pérdidas millonarias en el ciclo 2014-2015, Guanacaste será una provincia árida, donde las instituciones y la población deberán correr para garantizar el acceso al agua potable.

El complejo entramado de instituciones que lidian con los efectos de la sequía está en movimiento desde el año pasado, cuando el Instituto Meteorológico Nacional declaró que el país estaba bajo la influencia del fenómeno El Niño. En abril ratificó que el fenómeno sigue activo para este año y que probablemente se prolongue hasta inicios del próximo.

El IMN todavía no tiene claro cuánta agua le faltará a la provincia en todo el año, pero sí tiene claridad en que la sequía será más aguda que la del año pasado, cuando hubo un faltante de agua del 30%. Eso sí, sí tienen estimados trimestrales.

“En el trimestre de junio a agosto, para la provincia de Guanacaste, estamos estimamos entre un 60% y un 80% de déficit de agua”, puntualizó Alvarado.

PREVISIONES

Previendo la sequía, el presidente Luis Guillermo Solís aprobó en enero pasado un proyecto de ¢15.500 millones para hacer frente a las emergencias durante el período 2015-2016, en el que esperan que las condiciones climáticas se compliquen más.

De este total, la Comisión Nacional de Emergencias manejará ¢12.000 millones y el dinero restante lo ejecutarán directamente las instituciones del sector, como el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) y el Servicio Nacional de Aguas Subterráneas, Riego y Avenamiento (Senara).

“La sequía nos da un panorama bastante complicado para el sector agropecuario, porque las fuentes de agua ya están muy gastadas”, indicó Felipe Arguedas, director nacional de Extensión Agropecuaria del MAG.

El sector agropecuario, un motor económico en la provincia guanacasteca, se verá especialmente afectado, dado que el MAG considera que con un 25% menos de precipitación −con respecto a lo normal− el sector ya tendrá problemas.

“Senara nos indica que en muchas lugares el pozo no resuelve el problema, porque la recarga de agua ha sido muy poca. Esperamos lluvias en junio y julio, pero consideramos que no serán suficientes”, externó Arguedas.

El MAG ya tiene en marcha una serie de proyectos para mitigar los efectos de la sequía, que en el ciclo 2014-2015 provocó una disminución de la producción de unos ¢19.000 millones entre el sector agrícola y el pecuario.

Arguedas dijo que les preocupa particularmente el sector ganadero, que el año pasado debió sacrificar una gran cantidad de animales para poder darle mejor uso al recurso hídrico, aunque no detalló cuántos. Para este año tienen presupuestados ¢1.000 millones para apoyar a ganaderos en la región Chorotega y otros ¢500 millones para el Pacífico central.

“Estamos hablando de alimento animal: pacas, melaza, minerales, sales y azúcar, porque ahí incluimos la apicultura”, detalló el funcionario del MAG.

Además, tienen otros dos proyectos agropecuarios para apoyar a los productores de la zona. Las cosechas más vulnerables son las de caña de azúcar, maíz, arroz y mango.

De acuerdo con el funcionario y en concordancia con el comportamiento del fenómeno de El Niño, mientras Guanacaste tiene problemas productivos por el faltante de agua, la región del Caribe tendrá conflictos similares por exceso de lluvias y desborde de ríos. Allí están en peligro la cosecha de plátano, banano, ciertos tubérculos y palma.

LAS PENURIAS

La península de Nicoya naturalmente es una región donde el acceso al agua es complicado, pero la llegada de la sequía provocada por el efecto de El Niño dificultará todavía más la faena de conseguir agua potable.

En Portal de Garza, una pequeña comunidad rural en los altos de Nosara de Nicoya, la escuela de 9 estudiantes no tiene acceso a agua potable desde su construcción y fue hasta julio del año pasado que lograron conectar una bomba para traer agua de un río cercano. El líquido no es potable, pero lo usan para baños y lavar platos.

“Antes de julio del año pasado adecuamos el horario por el faltante de agua. Como no se podían usar los servicios sanitarios adecuamos el horario y salíamos temprano, a las 10:30 a.m. u 11 a.m. Ahorita, dichosamente, podemos usar los servicios porque tenemos esa opción del tanque”, expresó Allan Ruiz, director y único docente de la escuela Los Ángeles de Nosara.

El agua potable la reciben de la Asociación Administradora del Acueducto Rural (Asada) de Bocas de Nosara de Nicoya, que les provee agua en cisterna. Sin embargo, esa Asada está enfrentando problemas propios con el suministro de las 630 familias que abastece.

“Nosotros tenemos una emergencia desde el mes pasado: se nos secó uno de los pozos mayores. Puede ser por sobreuso, pero también tiene que ver con la sequía”, explicó Christoph Hubmann, presidente de la Asada.

La asociación está valorando opciones en conjunto con el Instituto de Acueductos y Alcantarillados, para determinar cómo pueden solucionar de manera integral el faltante.

“Con una cisterna estamos abasteciendo un tanque de distribución y la red que lleva agua a la gente con problemas. En el resto del pueblo no han fallado los pozos hasta ahora, pero dan menos agua”, agregó Hubmann.

El Niño: tierras secas y aguaceros imposibles

Este es el segundo año consecutivo en que el Instituto Meteorológico Nacional (IMN) declara la afectación por el fenómeno de El Niño en nuestro país.

“El fenómeno inicia como un calentamiento en el océano Pacífico Tropical, que es transferido a la atmósfera y se encarga de llevar esas anomalías al resto del planeta. Se manifiesta primero como un aumento en temperaturas a nivel global y en términos de lluvias es muy heterogéneo”, explicó Luis Fernando Alvarado, meteorólogo e investigador del IMN.

En Costa Rica, el efecto en las lluvias es muy irregular, ya que El Niño provoca una faltante de lluvias en la región Pacífica, mientras que genera aguaceros torrenciales en la vertiente del Caribe.

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