Partidos se convierten en franquicias políticas para llegar a cargos públicos

Grietas en el sistema electoral posibilitan que agrupaciones políticas se conviertan en “redes clientelares de poder”.

El partido político deja de ser una agrupación de personas alrededor de un paradigma ideológico y se convierte en un cascarón electoral vendible al mejor postor, o diseñado para promover a ciertas figuras o expandir cuotas de poder.

En ello consiste el fenómeno del “partido franquicia”, porque −según explicó el politólogo Rotsay Rosales− funciona precisamente dentro de la lógica de ese modelo de negocio: “usted se hace representante de una marca que explota de manera conveniente, tanto para quien financia, como para el beneficiado”.

Rosales definió dos tipos: los partidos que se forman “desde abajo con el objetivo de captar atención y venderse al mejor postor”, y los formados “desde arriba”; es decir, cuando los comités ejecutivos nacionales de los partidos buscan líderes y agrupaciones civiles y, en vista de que no pueden inscribir otra papeleta bajo la misma bandera, los financian a cambio de que respondan a sus intereses.

A su parecer, la consecuencia de esas prácticas es que se traducen no solo en la canalización de votos en una dirección dada, sino en políticas públicas.

El analista puntualizó que se trata de “redes clientelares de poder” que, como una franquicia, son un buen negocio. “Son votos, pero también puestos; colocan a su gente como fichas, “ya no perteneciendo –digamos− al Partido Liberación Nacional (PLN), sino al Partido Humanista de Tres Ríos, y me coloco como síndico; pero, no opera bajo ningún ideario, pues son cascarones vacíos”.

Citó el caso del Partido Unión para el Cambio (UPC), creado en junio del 2005 por el actual diputado del Partido Liberación Nacional (PLN), Antonio Álvarez Desanti, “con su dinero”, el cual fue “una superfranquicia, porque fue a escala nacional”. Recordó que esa agrupación logró cuotas de poder reales y citó que el actual alcalde de Montes de Oca, Fernando Trejos, provino de esa agrupación.

De acuerdo con datos del TSE, dicho partido fue cancelado en marzo del 2010 y en el periodo 2006-2010 recibió un total de ¢5.808.060, la mayoría de los cuales provinieron de dos sociedades anónimas: Álvarez y Marín Corporación S.A. −cuyo sitio en Internet destaca la participación de Álvarez Desanti y su esposa Nuria Marín en la junta directiva− y EKM Enfoque Empresarial S.A.

También contribuyó con ¢107.200 Roberto Gallardo. Al igual que Álvarez, Gallardo dejó brevemente las filas del PLN para participar de la aventura de la UPC, pues fue jefe de la campaña presidencial del actual diputado. Gallardo −al igual que Álvarez Desanti− regresó al PLN y ocupó el cargo de ministro de Planificación durante las administraciones Arias y Chinchilla, en la que además fue ministro de Comunicación.

Otro personaje que ha figurado bajo la bandera de varios partidos políticos es el exdiputado José Manuel Echandi, quien inició su militancia política en la Unidad Social Cristiana (PUSC), fue elegido diputado en el 2006 por Unión Nacional (PUN), en el 2010 apoyó a la liberacionista Laura Chinchilla y en el 2014 volvió a ser candidato bajo la bandera de Avance Nacional.

Rosales añadió que otro “buen ejemplo” es el caso de los partidos cristianos y mencionó cómo han servido para el acceso y mantenimiento en el poder de figuras como Fernando Trejos −quien logró la reelección en el 2010 bajo la bandera de Renovación Costarricense− y participa de nuevo en la elección del 2016, pero con Restauración Nacional. Sumó el caso de Johnny Araya, exalcalde de San José y fracasado candidato presidencial del PLN, quien en la próxima elección busca volver a esa alcaldía con la Alianza por San José, un partido en el que tiene participación política Renovación Costarricense.

DEBILIDADES INSTITUCIONALES

El politólogo mencionó importantes debilidades institucionales que propician el fenómeno, principalmente el hecho de que en Costa Rica un partido político no puede ser desinscrito por no participar en elecciones, y la inexistencia de un tope máximo a las contribuciones de personas físicas a los partidos.

Ronald Chacón, director de Financiamiento de Partidos en el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), expuso que esa institución “considera que el tope de aportes por donaciones para una persona física no es necesariamente relevante; lo verdaderamente relevante es saber quiénes son y cuánto es lo que brindan a cada partido político”.

En su criterio, “prevalece el concepto de transparencia sobre el concepto de límites, los cuales muchas veces pueden generar la tentación de incumplirlos o de inobservarlos; eso dice la experiencia en otras latitudes”.

Al planteársele que grandes intereses o capitales se pueden escudar en el uso de donantes testaferros, reconoció que es un tema que “preocupa a cualquier democracia seria”, y subrayó que el TSE “no se ha quedado cruzado de brazos”, pues en esta campaña llevará a cabo un monitoreo de la propaganda que los partidos hagan a través de medios de comunicación y vallas publicitarias, así como en redes sociales.

Chacón aceptó que “ciertamente hay riesgos que muchos países de América Central corremos, en cuanto a la posible penetración de recursos que no sean sanos para la democracia”; pero, hizo ver que el TSE está facultado para “desarrollar seguimiento, en relación con la gestión financiera de los partidos políticos”.

Ante la pregunta de si un partido político puede ser inscrito, recibir donaciones y no participar nunca en elecciones, Chacón respondió que ello es posible a la luz de un voto de la Sala Constitucional, según el cual la no participación en una contienda no es motivo para que se desinscriba un partido político.

Sin embargo, destacó que tal partido no está eximido de cumplir con los controles establecidos en el Código Electoral, como que las contribuciones deben ser depositadas en una cuenta que para esos efectos prevé la normativa electoral, y “que por ende será fiscalizada con el rigor técnico correspondiente”.

Fernando Trejos:“Les llamaría partidos golondrina”

partidos franquicia recuadroEl actual alcalde de Montes de Oca, Fernando Trejos, se refirió al tema de los partidos franquicia y a su caso personal.

Destacó al respecto que él fue el único alcalde elegido en el 2006 por Unión para el Cambio (UPC) y reconoció que debió buscar un nuevo partido cuando su fundador, Antonio Álvarez Desanti, decidió cancelarlo.

“No tuvimos el cuidado de convertirlo en un partido cantonal. Si Antonio no lo hubiera disuelto −porque no era mío, era de Antonio−, muy posiblemente en el 2010 me hubiera postulado y tal vez hasta ahora en UPC como un partido cantonal”.

Tras lamentar que en el ordenamiento electoral costarricense la participación partidaria sea una obligación para poder ser candidato, Trejos expresó que luego de la decisión de Álvarez “ningún partido de los grandes me iba a dar la oportunidad” y por ello participó por Renovación Costarricense, y “nuevamente fue la única alcaldía que ese partido ganó”.

Al referirse al hecho de que una vez más participa bajo la bandera de un partido cristiano −Restauración Nacional−, alegó que el voto de Montes de Oca “es muy crítico y razonado; no es un voto fácil y se demuestra que −para bien− los electores de Montes de Oca votan por personas y no por partidos políticos”.

Aseveró que Restauración Nacional no es un partido franquicia o cascarón, sino que está “consolidado”, pues ha logrado elegir diputados en las últimas cuatro elecciones. Agregó que al fenómeno de partidos franquicia “yo les llamaría partidos golondrina, como los capitales golondrina, que nacen para una elección. Habría que sentarse a hablar con el directorio político de cada partido, para que expliquen por qué no continuaron”.

*Esta nota fue editada el 17 de noviembre. Por error en la versión original se consignó a Restauración Nacional con participación política en la Alianza por San José.

[delipress_optin id="134623"]

0 comments

Otros Artículos

Las futuras elecciones municipales por realizarse en febrero de 2016, gozan, en términos generales, de un carácter inaugural. Acudimos a un escenario

Hay que hacer algo. No es posible que con el vestuario de la “ciencia” me acosen constantemente quienes se dicen apóstoles de ella,

Semanario Universidad