Silencio. Del electoral, desde luego. Panamá sigue bulliciosa. Pero desde ayer, viernes, rige el silencio electoral. La larga campaña ha terminado y mañana, domingo, siete candidatos se enfrentarán en las urnas por la presidencia de la república. Y mucho otros disputarán los 71 cargos parlamentarios y muchos más en los corregimientos.
De los siete candidatos presidenciales, solo cinco han hecho verdadera campaña. Y, de los cinco, tres son los que llegan con verdaderas posibilidades de triunfo: el oficialista José Domingo Arias (Mimito), de “Cambio Democrático” en alianza con el tradicional Molirena; y los opositores Juan Carlos Navarro, del Partido Revolucionario Democrático (PRD) y el “panameñista” Juan Carlos Varela, de la alianza “El Pueblo Primero”.
Otros dos –Genaro López, dirigente sindical y candidato del Frente Amplio por la Democracia (FAD), y Juan Jované, independiente– aparecen lejos, en las encuestas. Es lo que queda de una izquierda que se ha atomizado, pero que no desaparece. En todo caso, en estas elecciones, probablemente quedará por debajo del 5%.
Entre los que van a la cabeza, los tres oscilan alrededor del 30% de los votos y el orden en que se presentan varía, de acuerdo con la encuesta. Pocos se atreven a predecir un resultado.
Era primero de mayo. Día caluroso, en el que se trataba de colar la brisa fresca del Pacífico. “Mimito” –José Domingo Arias– y su partido, Cambio Democrático (CD), habían convocado a los partidarios en la cinta costera, parte de las nuevas carreteras que rodean la ciudad, por la costa.
Ya caía la noche cuando comenzaron los discursos. El presidente Martinelli, primero. Dicen que van a continuar mis obras, afirmó, pero el único que lo va a hacer realmente es Domingo.
Puede ser. Esas obras son el caballo de batalla del oficialismo. Sobre todo el metro. Ya lo utilicé. Inaugurado a las prisas, funciona por ahora gratis, pero algo desangelado. Quizás por la total falta de anuncios en las paredes, o de instrucciones claras para su uso. En todo caso, con una sola línea, no hay grandes complicaciones, ni necesidad de transbordo. La clave es que redujo un viaje que podía durar hora y media, a poco menos de media hora. Y eso cuenta. La candidata a la vicepresidencia del CD, Marta Linares de Martinelli, esposa del presidente, se encargó de recordarles en su intervención en el acto de cierre de la campaña. Cada estación de metro que recorre la ciudad se transforma así en un poderoso atractivo electoral.
Pero el oficialismo va dividido. Varela, candidato del tradicional “panameñismo” y los sectores demócratacristianos, es vicepresidente de la república y fue canciller del actual gobierno. Pero hace ya unos tres años se alejó de Martinelli, aunque hace campaña reivindicando las obras del gobierno y apareciendo al lado de Martinelli en sus spots publicitarios.
Es esa división la que hace posible el triunfo del opositor PRD, partido del general Omar Torrijos y de su hijo, Martín, que gobernó del 2004 al 2009. Su candidato, Juan Carlos Navarro, tampoco ofrece grandes cambios de las políticas actuales.
Pero lo que está en juego aquí, dicen a “Universidad” dirigentes políticos, comentaristas y la gente en la calle es la consolidación de una figura política nueva, a la que los opositores atribuyen una ambición desmedida de controlar el poder y falta de escrúpulos para hacerlo: el presidente Ricardo Martinelli. Afirmación que él, por supuesto, niega.
