El presidente del Plenario no solo dicta las reglas del juego: otorga la palabra a los diputados, lleva a votación los temas, establece el orden de la agenda y la duración de las sesiones legislativas. (Foto: archivo)

Al igual que en años anteriores, semanas previas a la votación del próximo 1 de mayo, la elección del presidente de la Asamblea Legislativa es un misterio, ya que sin mayorías absolutas no hay claridad de la fuerza política que se hará cargo del control del Directorio.

El hermetismo impera entre los legisladores electos, quienes −como método disuasivo para evitar revelar su estrategia− niegan cualquier afán de postulación o apoyo a otra fuerza política.

Solamente el Partido Acción Ciudadana (PAC) expresa su deseo de hacerse del control del Poder Legislativo, motivados por la posibilidad de que su candidato, Luis Guillermo Solís, triunfe en la segunda ronda electoral que se efectuará el próximo domingo 6 de abril.

Emilia Molina, jefa de fracción electa por el PAC, considera que su partido solamente optará por la presidencia y la primera secretaría. El resto de cargos serían negociados con las demás fracciones.

El PAC llegará al Plenario con 13 diputados, 5 menos que el Partido Liberación Nacional (PLN); pese a esto, Acción Ciudadana busca evitar que su primer mandato presidencial pierda el control de la Asamblea Legislativa.

Mientras tanto, en Liberación Nacional las señales son confusas desde el pasado 5 de marzo, cuando su candidato, Johnny Araya Monge, anunció que renunciaba a la campaña política y pidió a los diputados electos por su partido dejar el control del Plenario al PAC, solicitud que en primera instancia fue rechazada por el legislador liberacionista electo por la provincia de Alajuela y gerente de su campaña, Rolando González.

Al referirse a los mensajes difusos del PLN, González aseguró que la decisión sobre la disputa del directorio legislativo se tomará pasados los comicios del 6 de abril. “No queremos precipitarnos”, comentó, sin ocultar haber realizado conversaciones “informales” con representantes de otras bancadas.

COMPARTIDO. ¿ENTRE QUIÉNES?

Para liderar el Directorio legislativo se necesitan  29 votos. Según los resultados históricos,  Liberación Nacional tendría una leve ventaja sobre Acción Ciudadana para ganar la presidencia legislativa en la sesión del 1 de mayo.

Partiendo del camino recorrido, Liberación ha presidido seis de los últimos ocho directorios. Acción Ciudadana solamente en una ocasión tomó posesión de la silla máxima de la Asamblea.

En la sana teoría, el PLN podría sumar fácilmente 23 votos. En las pasadas legislaturas los partidos con denominación evangélica (Restauración Nacional y Renovación Costarricense) han orbitado  alrededor de la propuesta del PLN, tal como si fueran satélites alrededor de un planeta.

No extraña entonces que el presidente de la Federación Alianza Evangélica Costarricense, Juan Luis Calvo, recientemente alabara la “férrea defensa” promovida por Johnny Araya de los valores cristianos.

Ahora los evangélicos cuentan con tres votos más: el de Mario Redondo, del partido cantonal cartaginés Alianza Demócrata Cristiana (PADC) –quien aunque niega representar a un partido religioso, sí ha externado sus preocupaciones en torno a los valores familiares−, por lo que podría estar más cerca del PLN.

Igual postura ha adoptado el diputado electo de Accesibilidad Sin Exclusión (PASE), Óscar López, que de igual manera se considera un legislador “pro vida”, y ya durante  la campaña electoral −siendo candidato del PASE− no dudó en atacar la fórmula electoral del PAC.

Acción Ciudadana, en caso de sellar la victoria presidencial el 6 de abril, tiene el reto de evitar perder el control del Congreso y para ello trabajan en la conformación de un bloque junto al Frente Amplio, partido que tiene nueve diputados.

El apoyo del FA está condicionado a la elaboración de una agenda de trabajo, que incluye proyectos específicos. El Frente “no pide sillas” en el Directorio, sostiene Gerardo Vargas, jefe de fracción designado para el próximo año.

La reforma procesal laboral, la ley del salario mínimo y la declaratoria del agua como bien de dominio público, son temas exigidos por la fracción y que no se negocian. En el Frente, lo único que tienen claro hasta ahora es que sus votos no irían para la propuesta de Liberación Nacional.

El 1 de mayo próximo la sesión será presidida por Rolando González, diputado liberacionista designado para dirigir la transición del Plenario, debido a que es el diputado de mayor edad que encabezó una de las papeletas, según lo establece el reglamento legislativo.

Los votos de “nadie”, que todos quieren

La Unidad Social Cristiana y el Movimiento Libertario recorren su camino fuera del área de influencia de Liberación Nacional y de Acción Ciudadana. Los doce votos que suman en conjunto estos partidos podrían inclinar la balanza el 1 de mayo.

El Movimiento Libertario tiene cuatro curules, y aunque ya en el pasado sus diputados se han plegado a Liberación Nacional, también constituyeron parte de la denominada Alianza por Costa Rica, que en el 2011 llevó a presidir al Congreso al diputado del PAC Juan Carlos Mendoza.

Ahora hay profundas discrepancias con los dos partidos que aún disputan la presidencia: la principal es en materia fiscal.

Los libertarios no conciben la aprobación de nuevos impuestos, mientras que el PLN y el PAC  han dado luces sobre la implementación de más tributos.

Pese a esto, el excandidato presidencial y diputado electo, Otto Guevara, considera que escuchará a cada uno de los partidos que aspiran al Directorio y será luego de Semana Santa que tomen una decisión.

“Buscamos tener la información que nos permita decantarnos a una u otra opción”, indicó Guevara, quien estima que la conformación del próximo Directorio será muy fraccionada. “La gran pregunta es: ¿compartido entre quienes?”, acotó.

Con ocho votos a su haber, los de la Unidad se dan el lujo de proponer que el Directorio sea asumido por todos los partidos, aunque Gerardo Vargas −presidente del PUSC−  considera que lo ideal sería que las cuatro principales fuerzas encabecen el Directorio. “No estamos desvelados por puestos, sino porque todas las fracciones trabajemos”, agregó.

Las negociaciones entre las nueve fracciones legislativas tomarán otro rumbo cuando se elija al nuevo mandatario de la República, el 6 de abril; a partir de ese momento la conformación del Directorio será el principal punto en la agenda de discusión de las fuerzas políticas.

¿Por qué presidir?

El presidente del Plenario no solo dicta las reglas del juego: otorga la palabra a los diputados, lleva a votación los temas, establece el orden de la agenda y la duración de las sesiones legislativas.

Además, conforma las comisiones legislativas: seis de tipo permanente, quince especiales y tres de potestades legislativas plenas.

El presidente distribuye a los 57 legisladores en dichas comisiones, en donde se elaboran las leyes de la República. Determinar cuántos recursos financieros recibirán las instituciones y qué recortes podrían hacerse para evitar el gasto, son parte de las responsabilidades de la comisión de asuntos hacendarios, que junto a la de control de gastos e ingreso público, son de las más codiciadas al inicio del año legislativo.

Son trece las potestades del presidente del Congreso, las cuales están recogidas en el Reglamento de la Asamblea Legislativa.