Con el lema “Contar mi historia para cambiar la historia”, la exposición busca generar conciencia sobre las personas jóvenes en Centroamérica. (Fotos: cortesía de Voces Nuestras)
Desde el 13 al 24 de abril, la Casa Ana Frank y la Asociación Voces Nuestras compartirán una exhibición en el Colegio de Abogados y Abogadas de Costa Rica, que pone a dialogar el testimonio de jóvenes centroamericanos con la vigencia de la historia de Ana Frank.
Estas historias tienen mucho en común, aunque hayan ocurrido en tiempos y espacios diferentes. “Lo que comparten es su voz de lucha para erradicar cualquier situación en donde las y los jóvenes se vean discriminados, violentados, excluidos e irrespetados. Ana Frank es una joven, es migrante y es mujer. Estos tres ejes son fundamentales para considerarla como un testimonio universal”, comentó Joaquín Tapia, de la Asociación Voces Nuestras.
“Ana Frank: Una historia vigente” es un repaso por el relato íntimo de las vivencias de una niña judía, mientras su familia era perseguida y encerrada en un campo de concentración nazi en Bergen-Belsen, Alemania. Su historia ha sido utilizada para reflexionar sobre la no discriminación y el respeto a los demás como parte fundamental de una sociedad democrática.
Basándose en lo que Ana Frank escribió en su diario, más de 112 jóvenes de Costa Rica, Nicaragua, El Salvador y Guatemala compartieron sus testimonios acerca de la discriminación, la identidad cultural, la participación social, el acceso a la justicia y la ciudadanía. Las fotografías de este proceso son las que figuran en la muestra “Nuestras voces”.
El lema de la exposición es “Contar tu historia para cambiar la historia”. Para Joaquín Tapia, el poder del testimonio es reconocer la capacidad de las personas jóvenes para superar momentos difíciles. Asimismo, el testimonio genera conciencia de la situación y ayuda a otros jóvenes a identificarse.
La región Centroamericana posee una población predominantemente joven. En países como Guatemala y Nicaragua, el grupo de edad de 12 a 35 años representa más de la mitad de la población. Sin embargo, este grupo etario se enfrenta a grandes obstáculos, como la exclusión social, la discriminación y la migración forzada.
La exhibición está destinada a estudiantes, profesores, colectivos y cualquier persona que aprecie el valor de los testimonios para generar conciencia. La entrada es gratuita. Para coordinar la visita guiada se debe llamar por el teléfono 2283-2105 de la Asociación Voces Nuestras.
Azucena, Guatemala
“Soy una señorita de 16 años de vida. Cuando tenía 7 años falleció mi querida mamá. Las autoridades no dan tanta importancia a mi participación como mujer joven. Mi gran reto es participar para demostrar que yo valgo y ya no importa lo que digan los demás. Ahora sé que en la vida hay rosas y espinas, pero hay que luchar”.
Lupita, Guatemala
“Desde que se casaron mis papás empezó el problema intrafamiliar. A los 8 años me fui a trabajar con mi abuelita en trabajo doméstico. También ahí me hacían sentir mal; me decían que yo era una muerta de hambre, cuando mi única intención era ayudar a mi mamá con todos los gastos de la casa, pues mi papá no ayudaba porque era alcohólico y violento con mi mamá”.
José David, Costa Rica
“Una persona refugiada se enfrenta a discriminación, más que todo en el colegio; cuando te preguntan por tu nacionalidad, se hacen una idea de que sos lo peor de ese país, te dicen muchas cosas que te hacen sentir mal. Yo nací en El Salvador. Todo iba bien allá en mi querido país. Trabajábamos más que todo en familia, hasta que un día llegaron unas personas; en realidad no sabíamos quiénes eran. Nos llamaron por teléfono pidiéndonos dinero; era una suma imposible de pagar. Mi mamá empezó a sacar pasaportes y papeles para poder salir del país”.