La afición costarricense sufrió en el partido contra Panamá y no espera de la Sele otra cosa que la campeonización en la Copa Uncaf. (Foto: Cortesía de la Fedefútbol)
La era interina de Paulo César Wanchope como director técnico de la Selección Nacional de Fútbol deja un balance donde se gana, pero no convence.
Luego de que en julio se diera la intempestiva salida de Jorge Luis Pinto como seleccionador –tras el exitoso mundial de Brasil 2014–, el entonces asistente, Paulo César Wanchope, asumió el equipo de manera interina junto con Luis Antonio Marín para el reto de la Copa Centroamericana de Naciones, que empezó el pasado 3 de setiembre; sin embargo, su desempeño ha dejado inconformidades.
En el primer partido, se sufrió más de lo esperado para superar 3-0 a Nicaragua, con goles de Celso Borges, Marco Ureña y Johan Venegas; cuatro días después, apenas se consiguió sacar un empate a 2 goles in extremis frente al otro oponente del grupo, Panamá, otra vez con el aporte de Venegas y Borges, con lo cual la Selección reunió 4 puntos de 6 posibles.
Ahora deberá esperar lo que suceda el miércoles 10 entre nicaragüenses y panameños para saber cuándo le tocará jugar en la jornada del sábado 13 y final del torneo. De ganar los panameños hasta por un máximo de dos goles o, bien, de haber empate u otro “nicaraguazo”, como el de 2003, la Sele jugaría la gran final contra el primero del grupo B, que saldría entre Guatemala, Honduras o El Salvador.
En caso de que los panameños triunfen por 3 o más goles (excepto que el marcador sea exactamente 3-0, en cuyo caso habría sorteo entre canaleros y ticos), el equipo panameño llegaría a esa ansiada final, mientras que los nacionales tendrían que jugar el partido por la tercera posición ante el segundo lugar del grupo mencionado, incluyendo a Belice.
Si bien este torneo carece de la exigencia que tienen otros torneos de selecciones, lo cierto es que hasta ahora el nivel mostrado por los nacionales no ha sido ni parecido al mostrado en territorio brasileño. Jugadores como Joel Campbell o José Miguel Cubero bajaron ostensiblemente su rendimiento en este torneo, aunque tomamos en cuenta que este proceso rumbo a Rusia 2018 apenas empieza y que Wanchope dirige solo por este torneo. Otros como Marco Ureña o Celso Borges todavía conservan algo de ese nivel y ya se han hecho presentes con anotaciones.
Y en cuanto a los Johan, principales caras nuevas del proceso, hasta el momento ha sido una de cal y otra de arena. El Johan Condega que se esperaba ver en la Selección parece que se quedó en Cartago, porque su desempeño con la Tricolor no ha sido ni remotamente parecido al que muestra en el equipo brumoso. Su tocayo de apellido Venegas más bien ha sido un relevo determinante en el planteamiento de Wanchope. Sus goles en ambos cotejos se han encargado de demostrarlo.
No obstante, uno de los principales obstáculos consiste en que el torneo tiene las fechas del 10 y del 13 de setiembre fuera de las fechas FIFA, por lo que sus equipos no están obligados a cederlos en ese lapso. De hecho, Borges, Duarte y Campbell, además de Rodney Wallace, no formarán parte del último partido de la Sele. En su lugar, llegarán Roy Miller y Bryan Ruiz, procedentes del New York Red Bulls de la Major League Soccer (MLS) de Estados Unidos y del Fulham de Inglaterra, respectivamente.
Todavía es muy temprano para juzgar la “era Wanchope” con base solamente en estos juegos; más al considerar que los éxitos de la última “era Pinto” requirieron un proceso de cuatro años con todo y sus tropiezos iniciales para cuajarse. Sin embargo, con el mal concepto que varios sectores de la afición tienen sobre Wanchope y el resto de los federativos desde la destitución de Pinto, el margen de error es escaso o nulo, cualquier mal resultado es suficiente para desatar la molestia popular.
