De la moral al compromiso social del Estado

En las relaciones internacionales, los Estados son los actores predominantes en un tablero de juego que resalta en estos las características

En las relaciones internacionales, los Estados son los actores predominantes en un tablero de juego que resalta en estos las características que los asemejan a los seres humanos, ya sea su necesidad inherente de proteger sus propios intereses o la solidaridad que puede surgir de crisis o catástrofes. Tanto los Estados como los seres humanos necesitan reforzar su lugar en el mundo, el cual está determinado por diferentes percepciones y concepciones, las cuales van a variar no solo por nuestro contexto familiar y social, sino también por nuestro contexto histórico. La concepción del momento en que empieza e incluso termina la vida va a variar de persona a persona, y consecuentemente se contraponen las ideas de dejar vivir a los demás como plazcan y defender los valores morales de una sociedad que se está corrompiendo.

Todos defendemos los derechos humanos, pero no podemos decir que todos tengamos la misma interpretación de estos, por lo que no podemos argumentar que todos estemos defendiendo lo mismo. El mejor ejemplo de esto es el de la FIV y su prohibición en el país. Muchos alegan que esta práctica atenta contra el derecho a la vida, y muchos otros alegan que atenta contra el derecho de las personas a formar una familia, por mencionar solo dos argumentos. Estas opiniones, a simple vista, pueden considerarse complementarias, pero cuando entran en juego las interpretaciones personales de lo que es correcto y moral, una sola definición, como la de vida, se torna confusa.

Entendiendo que no hay una verdadera forma de llegar a un acuerdo, ya que hasta en la ciencia vemos diferentes concepciones del término vida, la ley debe jugar el papel esencial de mediador en conflictos en los que se está prohibiendo algo que algunos consideran un derecho básico; por lo que debemos permitir que sea la misma ley que nosotros aceptamos y ratificamos en nuestros marcos jurídicos la que determine cuál es la vía menos injusta.

Habiendo ratificado la Convención de los Derechos Humanos y estatutos de diferentes organismos internacionales les dimos el derecho a los mecanismos jurídicos internacionales de emitir, no sólo una opinión, sino también una sentencia; la cual debemos respetar con base en nuestro propio interés en proteger la vida de todo ser humano que ya está en este mundo. Ese mecanismo permite que haya una sensación de justicia, por relativa que sea esta, dentro de un marco jurídico que todos hemos venido aceptando como regulador de conductas y promotor del orden social. La legislación viene a equilibrar la balanza de ideas moralistas que también varían de un ser humano a otro. Y el Estado debe garantizar el cumplimiento de estas leyes y posibles sentencias, porque si el Estado, la expresión macro del individuo, no cumple las leyes, ¿qué se puede esperar y a la vez exigir de la persona?

 

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