Costa Rica militar partirá del exterminio indígena, la recluta forzosa de campesinos en 1856 y así hasta la abolición que trasladó con mucha elegancia la función represiva del ejército a la burocracia estatal. Antecedentes de la Corrupción comenzará con los gobernadores españoles que cobraban sobornos a quienes compraban herramientas de labranza y esclavos de contrabando en las naves piratas. Otro capítulo de este libro indispensable es el denuncio de tierras “baldías” en Talamanca, hecho por los diputados de don Ricardo Jiménez, para poder traspasarlas a Minor Keith. Relaciones tico-nicas explicará la antipatía de los ticos por los nicas, generada en el resentimiento que la población de Cartago sentía contra Nicaragua, porque en León se concentraba el obispado y los conventos (poder eclesiástico), la universidad (el conocimiento), y la mayor causa del repudio, la caja real (tributación). La Inquisición colonial arrojará muchas luces sobre las actuales intervenciones del arzobispado en las decisiones políticas. Más acá del canal nos revelará los compromisos suscritos por Costa Rica con Estados Unidos, en el marco de los tratados canaleros Torrijos/Carter, para la protección militar del canal de Panamá.
Además, dentro de la línea de Judith Butler y Hannah Arendt, me hace muchísima falta algo esclarecedor sobre el tema Estrategias del poder, para ver si finalmente llego a entender cómo la clase gobernante costarricense consiguió, con su inocente carita demócrata, ejercer un control político y social tan eficiente y barato, que hubiera puesto verde de envidia a Luis XIV.