Dadas las circunstancias actuales, pareciera que aquella situación política e histórica tiende a repetirse… La crisis mundial que envuelve a la humanidad, merced a la globalización del capitalismo neoliberal, nos legó, por disposición de la corrupción administrativa, una serie de vicios y males que dañan la soberanía nacional y entregan la riqueza nacional al gran capital. Así lo disponen los Tratados de Libre Comercio, las leyes de concesión de obras públicas y otras condiciones emanadas a inicios del siglo XXI por los grandes consorcios y el capitalismo mundial. Por su lado, la Administración de don Luis Guillermo Solís podría ser muy sana (como quizá fueron las inmediatas a la guerra civil), pero vendrán otras generaciones acostumbradas a vivir de la ‘cosa pública’ y a hacer carrera política sirviéndose a sí mismos desde los distintos cargos burocráticos del Estado.
¿Alguien podría asegurar que el PAC no guarda en sus entrañas la intrínseca maldad humana que brota cuando menos se espera? Alguna similitud se detecta cuando don Guillermo ´amenaza´ con ampliar las Zonas Francas del Área Metropolitana y extenderlas en las zonas rurales de cada provincia. En los proyectos y programas del PAC no logro visualizar políticas profundas de largo plazo que beneficien a toda la población; diríase que es imprescindible fomentar acciones y prácticas que perduren en el tiempo, que se conviertan en leyes difíciles de corromper y ojalá, con rango constitucional…; no veo una reforma agraria que dote de tierras a los costarricenses y por ende a los agricultores; asimismo, la proclamada “reforma fiscal” debe tener raíces fuertes y profundas en pro de la ciudadanía: no obstante, el temor a la reacción de las clases privilegiadas y las Cámaras Patronales que han cogobernado al lado de los políticos, parecen impedir la eliminación de los privilegios adquiridos durante tantos años. Sin embargo y por primera vez en más de 60 años, tendremos un presidente que estará libre de compromisos con los grandes millonarios nacionales y extranjeros, de pagar las deudas políticas que se adquieren en campaña política (financiamientos, préstamos, alquiler de transportes y bienes inmuebles, ayudas condicionadas, etc.) ¡Provecho! Ya que cuanto menor sea la deuda y el compromiso contraído por un presidente en asuntos financieros, mayor es su capacidad y su libertad para actuar acorde con su conciencia sus principios y su voluntad.
El señor Solís también debe medir y sortear los obstáculos que tendrá en el desempeño de sus funciones, entre los cuales está el cuestionado gobierno de doña Laura Chinchilla que, extendiendo sus tentáculos, amplió y renovó por varios años los contratos con siete directores y gerentes de la CCSS, del ICE, Aresep, Conavi y Sutel. Esto indica que doña Laura no quiere aflojar el mando político, manteniendo ciertas cuotas de poder para su partido Liberación Nacional, en aras de mantener sus prácticas, así como el propósito de adueñarse del próximo directorio de la Asamblea Legislativa. Con todo cinismo, el recién nombrado diputado Rolando González comentó que ´van a fiscalizar el nuevo gobierno´; es decir que, con su renovada mentalidad Araya-liberacionista, pasan a proclamarse fiscalizadores del Estado. ¡Ausencia de ética e inmoralidad es lo que pregonan!