Es por esto que actualmente es posible observar cómo por medio de la avanzada tecnología se introduce en algún producto un gen de una especie distinta que jamás podría llegar a estar de forma natural en ellos. De este modo, es posible aludir a los alimentos transgénicos o alimentos genéticamente modificados, los cuales son aquellos a los que se les ha introducido uno a más genes, con el objetivo de que este manifieste en gran medida las características de lo que se le ha introducido.
Así, es posible observar como muchos productos son reiteradamente distintos, es decir, de mayor tamaño y peso, con una capacidad de resistencia mayor a condiciones climáticas escasamente habituales, así como el periodo de prórroga para su maduración. Se destaca que tales características no producen magnos beneficios para la salud, comprendiendo que a estos se les introduce genes provenientes de otras especies ya sean vegetales o incluso animales, por ejemplo cereales a los que se les introduce un gen productor de una sustancia tóxica que convertirían a la planta en un productor de insecticida que permita controlar determinadas plagas, con lo cual el producto de tal planta o la materia prima que de ella se logre adquirir provenga infectada por la sustancia tóxica.
Es por ello que se debe mencionar la falta de compromiso por parte de muchos actores en este sentido, que sin importar el riesgo que implique afectar los ecosistemas, la salud de una población entera, destruir muchos recursos, realizan acciones en pro de sus beneficios. De esta forma, cabe hacer mención a una de las compañías proveedoras de productos químicos para la agricultura: Monsanto. Tal compañía se dedica principalmente a la producción de herbicidas y de semillas genéticamente modificadas (alimentos transgénicos). La compañía genera polémicas alrededor del mundo, debido a las múltiples denuncias sobre los perjuicios a la salud, y los impactos ambientales negativos que genera. Por tanto, la intención de aplicar algún producto de este tipo de “hormonas”, a alimentos, es promover un producto relativamente agradable en lo que respecta a su forma física, y que además de su tamaño posee mejores y mayores nutrientes que los alimentos orgánicos, comprendiendo que en realidad esos productos pueden generar consecuencias graves en la salud de muchas personas, por ejemplo, malformaciones, alergias, infertilidad e incluso cáncer. Por su parte, puede ocasionar un magno impacto ambiental como el desgaste del suelo, creación de malezas capaces de soportar nuevas sustancias tóxicas, entre otras secuelas. Ha sido condenada la empresa a pagar multas considerablemente altas en varios países, por ejemplo en los Estados Unidos o Indonesia.
En este sentido, es posible que no se perciban tantas de las catastróficas consecuencias de la aplicación de genes o células a los alimentos, plantas, animales; ya que son de poca relevancia especulando en que no les va a afectar. Pero se debe hacer conciencia, pensando las graves secuelas que esto llegue a generar no solo para cada persona, sino también para la humanidad.