Que reprobación en pruebas de bachillerato no impida conseguir trabajo

Hace 9 años 30.503 estudiantes realizaron pruebas de bachillerato, de los cuales 11.380 las reprobaron. Dichas cifras corresponden a un 37%

Hace 9 años 30.503 estudiantes realizaron pruebas de bachillerato, de los cuales 11.380 las reprobaron. Dichas cifras corresponden a un 37% y un 32% respectivamente, siendo que 9 años más tarde, se afirma que la reprobación ha disminuido solo en 0,5 estudiantes por año. Esta cifra resulta insignificante en relación con el costo que representa cada estudiante para el Estado y para las familias mantener a sus hijos estudiando. A esto se le suma el problema social, familiar, personal y laboral que enfrentan las personas reprobadas; muchos terminan siendo contratados como mano de obra barata. De ser de aplicación voluntaria como se verá, pasaron a ser un obstáculo, que pareciera ser intencional por parte de las autoridades estatales, ya que aún con los nefastos resultados obtenidos y documentados, insisten en castigar a la parte más vulnerable de esta historia, penalizando dos veces al estudiante. Así irresponsablemente no miden el perjuicio para el país y sus ciudadanos.

En el año 2010 denuncié este tema en la Defensoría de los Habitantes cuyo resultado se resume así: “…que dichas pruebas no cumplen con el objetivo de medir el desempeño y logros alcanzados por el estudiante a partir de su propio esfuerzo y capacidad… la necesidad de analizar profundamente estas pruebas y determinar sus ventajas y desventajas de continuar aplicándolas en términos censales y promocionales y de continuar siendo promocionales, bajar su valor de un 60% a un 25% y que la prueba de Educación Cívica fuera sustituida por un trabajo sobre la materia”. Nada de esto se tomó en cuenta y se archivó.

Es oportuno comentar que el artículo 346 del Código de Educación establece lo siguiente: “El aprovechamiento de los alumnos en cada asignatura será evaluado mediante pruebas escritas o de otra índole, de conformidad con las características de las asignaturas”. No establece pruebas obligatorias de bachillerato para egresarse. Si bien es cierto se regula el tema en el mencionado Código, su aplicación la prevé de forma voluntaria en el artículo 381 que dice así: “Pueden obtener su título de Bachiller por Madurez Suficiente en Letras, Ciencias o Profesional, las personas mayores de veinte años que hayan realizado, a satisfacción del Ministerio de Educación Pública, las pruebas que para este efecto determine el Consejo Superior de Educación. Las personas mayores de diecinueve años, podrán presentar exámenes en las diferentes convocatorias, pero no podrán obtener el título respectivo sino hasta que sean mayores de veinte años. Así reformado por el artículo 1 de la Ley N° 5077, de 29 de septiembre de 1972, artículo 143”.

Como puede verse, el invento de las pruebas de bachillerato en forma obligatoria y promocional, fue voluntad política de autoridades del primer gobierno del expresidente Arias Sánchez, quienes las reinstalaron pero en esos términos y no como diagnóstico para mejorar la educación. Arbitrariamente las convirtieron en obstáculo para completar secundaria, pues el texto que las norma no las establece obligatorias, por lo que un estudiante que las reprueba o no las hace, tendría derecho a su graduación de secundaria sin ningún problema. El Informe del Estado de la Educación 2014 indica en el gráfico 3,9 pág. 136 su insignificante aporte a la educación. Este es un motivo más para instar a gerentes de la empresa privada, a que cuando contraten personal, valoren en ellos sus habilidades, aptitudes, disposición y otras características de su personalidad, acordes con las tareas a realizar. Insto a la empresa privada, para que las pruebas de bachillerato no sean un requisito a la hora de contratar personal. (El resaltado no es de textos consultados).

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