AyA avaló acueducto comunal privatizado en Guanacaste

Las instalaciones de la Asada de Altos de Pinilla y Cebadilla se ubican en las mismas oficinas de la empresa inmobiliaria Altos de Pinilla,

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Las instalaciones de la Asada de Altos de Pinilla y Cebadilla se ubican en las mismas oficinas de la empresa inmobiliaria Altos de Pinilla, en la entrada del Hotel El Sabanero en Caña Fístula de Santa Cruz. (Foto: Katya Alvarado)

Junta Directiva aprobó en junio funcionamiento de una Asada que exclusivamente abastece lujosas viviendas de un desarrollo inmobiliario privado.

“Los pobres estánsubsidiando a los más ricos y mayores consumidores de agua”, dice Gadi Amit, de la Confraternidad Guanacasteca.

En Guanacaste el acceso al agua potable es un bien preciado y, cuando ninguna otra institu­ción puede brindar el servicio, los vecinos pueden crear un acueducto comunitario sin fines de lucro. Pero la mala planificación ha provocado que haya casos donde la administración del líquido es otorgada a empresarios desarrolladores de proyectos inmobi­liarios, que compiten con las comuni­dades por el uso del agua.

Esto queda en evidencia luego de que en junio anterior, la nueva Junta Directiva de Acueductos y Alcantari­llados (AyA) votó a favor de la firma del Convenio de Delegación de la Asociación Administradora de los Sis­temas de Acueductos y Alcantarillados Comunal (Asada) de Altos de Pinilla y Cebadilla, acueducto que en la ac­tualidad solamente beneficia a un de­sarrollo inmobiliario con lujosas casas de veraneo ubicado en Caña Fístula de Santa Cruz de Guanacaste.

La creación de un acueducto co­munitario, de los que hay unos 1500 en Costa Rica, no solo garantiza el ac­ceso al agua a sus integrantes, sino que también otorga beneficios, como exo­neraciones de impuestos.

La presidenta Ejecutiva de AyA, Yamileth Astorga, justificó la decisión a favor de la Asada de Altos de Pinilla y Cebadilla en que el desarrollo existía y ya contaba con el acueducto, por lo que convenía legalizar la condición de este. (Véase: “Los acueductos privados son prohibidos pero existen”).

Esta Asada es presidida por Jean Michel Souc, un inversionista francés que también representa a C-Veintiuno Altos de Pinilla Sociedad Anónima, constituida por proyectos inmobilia­rios como San Antonio Estate, Con­cha Verde, Pochotal y Camarón, ubi­cados en el Pacífico Norte. Altos de Pinilla limita con Hacienda Pinilla, uno de los proyectos inmobiliarios más opulentos del país, que incluye un hotel Marriot.

La Asada asimismo está integrada por otros extranjeros como Paul Dem­ming, Nora y Jordan Souc, y Erling Dávila. Este acueducto comunal abas­tece exclusivamente a la población que se ubica en la propiedad de Jean Mi­chel Souc, ya que desde hace dos años que la población de Cebadilla posee su propio comité administrador de acue­ducto.

Inés Valle del Comité de Acueduc­to Comunal Naciente de Cebadillas asegura que por algunos años el abaste­cimiento de agua potable de la pobla­ción se obtuvo gracias a una conexión que permitió Souc pero que desde hace un tiempo se separaron.

Valle agradeció la colaboración del inversionista, que facilitó el abasteci­miento del líquido, aunque asegura ahora buscan que AyA les consolide el acueducto mediante la firma de un convenio de delegación. Sin embargo, han tenido problemas, pues registral­mente la Asada que preside Souc tiene el nombre de la comunidad.

“Parece que estamos enredados y por eso no sale el documento que ne­cesitamos”, opinó Valle.

ACUEDUCTO PRIVATIZADO

La sede de la Asada de Altos de Pi­nilla y Cebadilla se ubica en la entrada de las instalaciones del hotel El Saba­nero. La oficina es compartida con la inmobiliaria Altos de Pinilla uno de los desarrollos promovidos por Souc. Esto fue constatado luego de una visita de UNIVERSIDAD a la zona.

Souc no se encontraba en su ofi­cina, pero mediante un radio de co­municación explicó que el acueducto tenía al menos 50 afiliados, entre los poblados de Caña Fístula y Camarón.

Pero Caña Fístula tiene su propio comité local de acueducto. Mientras que Camarón es como se le conoce a Altos de Pinilla, el desarrollo promovi­do por Souc.

Alba Gómez es tesorera del Co­mité de Caña Fístula, quien certificó que nunca han recibido el servicio de la Asada de Altos de Pinilla y Cebadi­lla. Incluso el esposo de Gómez, Fredy Vallejo, mostró el punto de captación de agua de Caña Fístula.

Souc insiste en que la Asada se constituyó para brindar el servicio de agua formalmente a su desarrollo in­mobiliario, aunque también comparte el líquido con poblados cercanos. Indi­có además que no existía un acueducto que asumiera el servicio.

El inversionista extranjero mani­fiesta que está por eliminar del nombre de “Cebadilla” de la Asada, para no crear confusión.

El representante de la organiza­ción Confraternidad Guanacasteca, Gadi Amit, externó su preocupación sobre la operación del sistema de abas­tecimiento de agua potable en manos de desarrolladores inmobiliarios. “La privatización del agua lleva elementos perversos”, opinó Amit.

¿PARA LA COMUNIDAD?

En Altos de Pinilla, pocas de las con­fortables casas de veraneo del proyecto se mantienen habitadas. Por ende no es tan fácil constatar cómo se administra el servicio de agua potable que reciben los escasos vecinos del lugar.

En una de las pocas viviendas ocu­padas se nos indicó que nunca han sido convocados a audiencias de veci­nos. Esto a pesar de que el reglamento de Asadas establece que para la consti­tución de asociaciones administrado­ras de acueductos comunales es obli­gatoria la realización de una audiencia, para la conformación de la Junta Di­rectiva.

También la tarifa establecida por la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos tiene un canon adicional de­nominado aporte solidario, que hace que la población adscrita a este acue­ducto pague al menos ¢12.000.

“Antes no podíamos ajustar la ta­rifa porque legalmente no existíamos, entonces les explicamos a los vecinos para que nos pagaran una diferencia con el fin de poder operar”, explicó el inversionista.

Esto fue uno de los motivos por el cual en Cebadilla procuraron emanci­parse de la Asada de Altos de Pinilla. Pero Jean Michel Souc asegura que el dinero que recoge no da para el man­tenimiento del acueducto, por lo tanto no lucra con la asociación.

“Esperamos que la Aresep aprue­be de acuerdo a nuestros gastos reales una tarifa que nos permita manejar eso normalmente”, aseveró Souc.

El artículo 18 del reglamento de Asadas establece que los recursos fi­nancieros generados por el sistema de acueductos no deben ser utilizados para fines distintos de la administración.

BENEFICIOS DE LAS ASADAS

Un decreto presidencial de la ex­presidenta Laura Chinchilla, firmado en mayo del 2010, estableció un regla­mento para la exoneración de impues­tos para la importación y la compra de vehículos, equipo y materiales de trabajo, pero deberán contar de previo con una recomendación emitida por parte del AyA.

El mismo Souc reconoce que tras ratificarse el convenio de delegación podría establecer exoneraciones al im­puesto de ventas sobre el consumo.

Pero para Amit, de Confraternidad Guanacasteca, los posibles subsidios que podrían gozar estos desarrollado­res mediante las Asadas generan un peligro.

“Los pobres están subsidiando a los más ricos y mayores consumidores de agua”, espetó Amit.

La situación de la Asada de Altos de Pinilla y Cebadilla no es exclusiva. La misma presidenta ejecutiva de AyA reconoce que casos como estos abun­dan y deben ser regulados por la ins­titución.

El pasado 29 de agosto represen­tantes de acueductos comunales de Santa Cruz se reunieron en el distrito de Tamarindo. Ese día en las instala­ciones de la Asada de Villareal no ha­bía agua. Recientemente uno de los pozos que abastecía a la zona se secó.

Esa es la realidad en Santa Cruz de Guanacaste, cantón costero en donde la mayoría de la población enfrenta con dignidad los efectos de una sequía como no se vivía en la zona hace mu­chos años.


YAMILETH ASTORGA, Presidenta de AyA:

“Los acueductos privados son prohibidos pero existen”

Yamileth Astorga, presidenta de AyA, afirmó que la planificación no solo debe contemplar la disponibilidad de tierra sino también de agua. (Foto: archivo)

Aún no completa los cuatro me­ses al frente de Acueductos y Alcan­tarillados, y desde ahora Yamileth Astorga debe tomar decisiones que aunque no comparte considera son las más razonables. Así fue como la nueva presidenta ejecutiva de la ins­titución explicó por qué se firmó el pasado mes de junio un convenio de delegación para la operación de una Asada en Santa Cruz de Gua­nacaste, que estaría abasteciendo solamente a familias que habitan un desarrollo inmobiliario privado lla­mado Altos de Pinilla. UNIVERSI­DAD conversó con Astorga.

¿En un contexto de sequía en Guanacaste, por qué se avaló este convenio?

-Hay un problema específico que es parte de las cosas que tene­mos que ir mejorando para corregir, pero en tres meses no se puede por­que esto lo tenemos en muchos lu­gares. Hay acueductos privados que son prohibidos pero existen y para resolverlo tenemos que hacer toda la gestión, porque si hay un acue­ducto comunal cercano debe asu­mirlo, mas si la Asada cercana nos dice que no tiene capacidad. ¿En­tonces qué hacemos? ¿Aceptar que exista un acueducto privado? No podemos. ¿Y si los privados se trans­forman en Asada no la permitimos? ¿Y si el AyA no lo puede asumir tampoco? Por eso debemos trabajar para corregir tantos casos que desde el punto de vista legal no deberían exis­tir, pero desde el punto de vista de la realidad existen.

¿Cómo se corrige esa anoma­lía?

-Fortaleciendo a los acueductos comunales para que ellos puedan asu­mir los desarrollos. Si el desarrollo fue autorizado, sea por el gobierno local o quien sea, pero si no se había hecho la valoración de la capacidad hídrica del acueducto existente y de la disponi­bilidad de agua, entonces es parte del desorden que lamentablemente tene­mos. Se han dado permisos para de­sarrollos, condominios, hoteles que al final lo que hacen es casi obligar que se les dé agua sin que haya infraestructu­ra o agua disponible. El problema hay que cortarlo por la causa, o sea, dando el permiso con la certeza de la capaci­dad.

¿Pecan los gobiernos locales?

-Yo sí llamo la atención a que debe haber una planificación que no solo contemple la disponibilidad de tierra, sino hídrica. Aquí se aprobaron pro­yectos sin seguridad.

¿Pero si se quiere corregir el problema por qué se firman nue­vos convenios de delegación con Asadas para el beneficio de desarrollos privados?

-Porque la Asada existente contes­ta que no tiene la capacidad y que no puede dar el servicio.

Los miembros de la Junta Di­rectiva de AyA estaban cons­cientes de la situación al dar el permiso.

-El problema es que ya existe el desarrollo y tenía su acueducto. ¿En­tonces qué hacemos? ¿Qué sigan operando como una Asada o sean un acueducto privado? En la Junta Direc­tiva hemos discutido mucho el tema y queremos un cambio mucho más in­tegral. No podemos permitir un acue­ducto privado y ellos lo eran, estaban funcionando ilegalmente por eso me­jor se convierten en Asada que es lo permitido, aunque sabemos que es de un desarrollo privado. Eso no es de mi agrado pero no queremos que sea un acueducto privado.

¿Eso contradice el objetivo propio de las Asadas?

-Las Asadas en realidad son una figura de un operador que no se puede limitar a la comunidad. Es el operador de un sistema de abasteci­miento de agua al espacio geográfico donde se ubican, incluyendo a los desarrollos que se encuentren en la zona.

¿Ante estos casos el AyA está atado de manos?

-No tenemos otra herramienta para decir no lo aprobamos; si la Asada no tiene capacidad el AyA debería apo­yar para que puedan asumir. Eso es lo correcto.

¿Hay algún diagnóstico de Asadas?

-Sé que como ese caso vamos a encontrar muchos, y a mí me intere­sa fortalecer los acueductos comuna­les para que puedan asumir barrios que se van avalando.

¿Se puede regular al menos?

-Todas las Asadas deben acatar las normas vigentes, por ejemplo no cobrar más de lo permitido por Are­sep. Hay un deber de transparencia, por lo que no puede ser un sistema para fines de lucro sino apegado a la ley.


Asadas privatizadas sin control

En Caña Fístula tienen su propio sistema de acueductos a pesar de que Jean Michel Souc insiste en que le brindan agua a esa comunidad. (Foto: Katya Alvarado)

En el país operan alrededor de 1500 acueductos comunales. Abastecen a más de un millón de personas, que representan el 27% de la población total. Pero mu­chos de estos sistemas surgen exclusi­vamente con el fin de brindar líquido a desarrollos inmobiliarios.

Las Asadas privadas coexisten con los acueductos comunales, así lo re­conoce el representante de este sector ante la Junta Directiva de AyA, Rolan­do Marín.

Marín preside la Unión Nacional de Acueductos Comunales (Unac), y asegura que no hay un dato exacto de la cantidad de sistemas de abasteci­miento de agua potable que nacieron con el fin exclusivo de beneficiar desa­rrollos inmobiliarios.

“Si se hace un estudio en las zonas periurbanas uno se va a encontrar que la mayoría de urbanizaciones tienen sus propias Asadas”, consideró Marín.

Él representa a los acueductos loca­les ante AyA, por lo que Marín estuvo presente en la sesión de la Junta que avaló el funcionamiento de la Asada de Altos de Pinilla y Cebadilla. Acueduc­to que se constituyó para el uso de un inversionista en Santa Cruz de Guana­caste.

“En el país no tenemos la figura de acueducto privado, por lo que habría que detallar la denuncia y además co­nocer el criterio técnico que permitió el permiso”, expresó Marín.

Marín opinó que en las sesiones de Junta se revisan muchos convenios de delegación de Asadas, por lo tanto no se puede ahondar sobre el proceso de obtención de permisos.

“Las sesiones de Junta son muy cortas y debemos ver muchos permi­sos, no podemos entrar en detalle por lo que nos fiamos en el criterio técnico que nos permite dar el aval”, manifestó Marín.

El presidente de Unac reconoce la necesidad de corregir dicha anoma­lía. “Hay que fortalecer a las Asadas”, mencionó Marín, quien agregó que se debe controlar el otorgamiento de los permisos para la constitución de los acueductos.

Incluso en la provincia de Guana­caste es un secreto a voces la existencia de Asadas que son administradas por inversionistas.

Miguel Obando, representante de la Asada de Huacas, en Santa Cruz, reconoce que anteriormente las de­nuncias sobre estos temas no han sido tomadas en serio.


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